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Índice de la fecha

1 - "Confabulación".
2 - "Choque fatal".
3 - "Responsables".
4 - "Nuevo debate sobre la Policía, mientras la violencia organizada crece".
5 - ¿Se supo la verdad...?.
6 - D'Elía acusó a "Quebracho".
7 - ¿Es que el gobierno provincial se burla de los ciudadanos?: "Juampi" Cafiero, nuevo Ministro de Seguridad Provincial.
8 - "De nuestra memoria¨: Hoy publicamos una breve e interesante nota del Dr. Florencio Varela.
9 - "La regionalización como herramienta de progreso", por egresados de Liceos Militares.
10 - ¨Desmentida masiva¨.

"Confabulación"

Esta vez, es de toda evidencia que los hechos de violencia acaecidos en Avellaneda fueron provocados por ciertos grupos de piqueteros conforme a un plan preestablecido.

La televisión ha mostrado con claridad que, en un comienzo, la policía se limitó a tender un cordón en torno al acceso al puente Pueyrredón, para impedir la interrupción del tránsito por parte de quienes se habían reunido con ese propósito.

Que observó la misma prudente conducta pese a que otros manifestantes avanzaban sobre ella encapuchados y armados de palos. Y que, finalmente, varios de ellos la agredieron, entrando resueltamente en el cuerpo a cuerpo, para romper sus filas.

Sólo entonces reaccionaron los atacados, intentando dispersar a los agresores. Pero no lo lograron sino después de varias cuadras de enfrentamientos, pues los piqueteros se replegaban en orden, arrojándoles piedras, destrozando parabrisas y vidrieras, incendiando, con armas de fuego en mano, dos colectivos y manteniendo una formación de combate de tipo irregular, como tropa bien entrenada para la lucha callejera.

Desde luego, nada de esto se improvisó en el momento. Los jefes piqueteros Luis D'Elía y Raúl Castells han reconocido que estaban advertidos, por autoridades oficiales, de que ya no se tolerarían nuevos cortes de vías de comunicación y que la represión sería tan severa como fuera necesario. De ahí que sus seguidores se abstuvieran de mezclarse con los que traían el designio oculto de imponerse por la fuerza.

Sin embargo, diputados como Luis Zamora, Alicia Castro y Elisa Carrió se sumaron, con posterioridad, a la protesta, pero sin aludir para nada a la agresión que había padecido la policía, a la cual, sin más ni más, le adjudicaron la responsabilidad por las dos muertes que todavía están por esclarecerse.

Todo indica la existencia de un plan previamente urdido para obligar a la réplica policial, derrotarla o producir una gran tragedia. De este plan son cómplices quienes disimulan la responsabilidad de los piqueteros e intentan explotar demagógicamente muertes que acaso hayan sido uno de los objetivos de ese mismo plan para incitar a la rebelión.

"Choque fatal"

Era de prever que un día el gobierno del presidente Eduardo Duhalde - a pesar de su voluntad de tolerar, por motivos netamente tácticos, todas las protestas atribuibles a una situación social desesperante - se sentiría obligado a intentar poner fin a los cortes de ruta y otros desmanes protagonizados por activistas encapuchados. Como comenzaba a comprender, muchos suponían que la pasividad oficial frente a la provocación de tales individuos se habrá debido a un pacto de no agresión del peronismo del conurbano bonaerense con los piqueteros que, por plantear una amenaza a la clase media, contribuían a intimidar a los cacerolistas. Puesto que tales sospechas servían para socavar la autoridad de su gobierno, a Duhalde no le quedaba más alternativa que la de mostrarse resuelto a garantizar cierto respeto por la ley.

También era de prever que en los choques resultantes habría muertos y heridos. Trátese de "infiltrados" violentos como afirma el gobierno o de los militantes políticos supuestamente pacíficos de siempre, desde hace varios años distintos grupos de piqueteros están procurando provocar un "levantamiento popular", pretensión que ningún gobierno podría pasar por alto. Por supuesto, anoche comenzó a hacerse evidente que algunos policías que el miércoles pasado se enfrentaron con medio millar de activistas en Avellaneda se desempeñaron con brutalidad excesiva.

Aunque el resto hubiera actuado con un grado de profesionalismo excepcional, no les hubiera sido nada fácil impedir lo que efectivamente sucedió. Es necesario que los graves hechos sean debidamente investigados, pero es poco razonable dar por descontado que todos los policías atacaron sin motivo alguno a un grupo de ciudadanos inocentes.

Si bien en el curso de los cinco años últimos el clima de violencia generado por los cortes de ruta y otras manifestaciones piqueteras ha sido más aparente que real, nadie debería haber ignorado que la situación tranquilizadora así supuesta podría modificarse en cualquier momento. Sin embargo, por haberse acostumbrado el país tanto a la idea de que todas las protestas de este tipo, por basarse en reclamos sin duda comprensibles pero no por eso realistas, debieran permitirse porque, al fin y al cabo, no provocaban demasiados destrozos, el estallido de violencia ha ocasionado mucha sorpresa e indignación, como si la mayoría creyera que sólo era cuestión de un juego bien conocido en el que por entender las reglas policías y piqueteros se limitarían a cumplir sus papeles rutinarios.

Con todo, no fue del todo sorprendente que en un choque entre policías y manifestantes, algunos presuntamente armados, se hayan producido víctimas mortales. Por el contrario, estaba escrito que esto ocurriría. Lo único sorprendente es que a partir de los incidentes que precedieron a la caída del gobierno del presidente Fernando de la Rúa y hasta hace muy poco no haya habido muchos muertos más.

Como ya es habitual frente a hechos de esta clase, muchos sectores están procurando aprovechar lo sucedido en puente Pueyrredón para llevar agua a sus propios molinos. Es innecesario decir que los más beneficiados han sido los piqueteros mismos y las agrupaciones políticas contestatarias que siempre han sido conscientes del inmenso valor propagandístico de los "mártires".

Sin vacilar un solo instante, los voceros de diversos partidos izquierdistas y organizaciones piqueteras se han puesto a acusar al gobierno de Duhalde de haber optado por una política de represión salvaje, mientras que según la diputada Elisa Carrió, "el régimen está ingresando en una fase final autoritaria. Hay riesgo democrático". Puede que la precandidata presidencial esté en lo cierto, pero en tal caso no sería consecuencia tanto de la vocación autoritaria del peronismo bonaerense cuanto del deseo indisimulado de muchas facciones extremistas de verse frente a una dictadura auténtica, lo cual, suponen, serviría para legitimar su propia violencia. Aunque Duhalde llegó a la presidencia gracias en buena medida a los aportes de manifestantes sumamente agresivos, desde entonces no ha sido autoritario en absoluto, sin duda por entender que de producirse un gran estallido estaría entre las primeras víctimas.

"Responsables"

Desde que asumió como presidente de la Nación, Eduardo Duhalde intentó, cierto es que sin éxito, moldear la imagen de su gobierno como la antítesis del que había encabezado Fernando de la Rúa.

Si el radical había pecado por indeciso, Duhalde sería osado. Si aquél se había aferrado a la convertibilidad, éste sería su sepulturero y si el hombre de la Alianza había ordenado reprimir a los activistas el último día de su gestión, el de Lomas de Zamora ordenaría a las fuerzas policiales y de seguridad algo así como "dejar hacer, dejar pasar". No por casualidad expresó aquello de "si no fuera presidente, habría sido piquetero", con las consecuencias por todos imaginadas.

La defección del Estado como monopolizador de la violencia legítima y las negociaciones hechas a cara descubierta con las distintas organizaciones piqueteras no hicieron otra cosa sino escalar el conflicto.

Finalmente, como era previsible, hubo muertos. ¿Quién es el responsable? El presidente Duhalde y el gobernador Felipe Solá han tomado el atajo de siempre, demagógico y peligroso: culpar a la policía. Demagógico, porque a ésta nadie la defiende. No tiene prensa, carece de diputados y senadores deseosos de respaldarla y, obviamente, no puede movilizarse masivamente en su propia defensa so pena de incurrir en rebelión.

Peligroso, en razón de que llegará el día en que las fuerzas de seguridad, hartas de tanta hipocresía, se limitarán a mirar cómo los activistas de izquierda rompen vidrieras, queman colectivos, destrozan autos, cortan rutas y asaltan supermercados o casas de familia.

Los principales responsables - fuera de los activistas, claro - son las autoridades que no quieren o no saben cumplir con las responsabilidades que han asumido: en este caso, el presidente de la Nación, su staff de seguridad y el gobernador de Buenos Aires. Sólo en segunda instancia resulta válido investigar a los miembros de la policía de la Provincia para determinar si alguno se ha excedido en sus funciones.

"Nuevo debate sobre la Policía, mientras la violencia organizada crece"

Amigos,

leo hoy en todos los diarios la continuación de las hipócritas declaraciones de los políticos, empezando por el Presidente, que habla de "atroz cacería". Ninguno alude a la disposición salvaje a la violencia de los grupos piqueteros o la minimizan. Todo el mundo puede comprobar fácilmente que hay grupos preparados que van directamente a desencadenar violencia, y van con armas e implementos para agredir.

Ya no alcanza con el delito de cortar las calles o rutas e impedir la libertad de tránsito. Además, se cobra peaje, se asalta, se destruyen comercios, y se ataca a la policía. En los episodios del Puente Pueyrredón todos los documentos fílmicos muestran con claridad de dónde provino la agresión. De los 160 detenidos no hay ninguno preso: salieron el mismo día. Pero ahora los

policías son investigados.

El impresentable Sr. Duhalde, un Presidente que ya está amenazando la posición de su antecesor en o que a ineptitud se refiere, habla de lo difícil que es poner en caja a la Policía. Los piqueteros y violentos de izquierda le parecen, en cambio, gente a imitar, pues el mismo declara que, de no ser Presidente, sería piquetero. Me pregunto por qué no renuncia ya y se une a esas hordas.

Como Presidente, de todos modos, no ha aportado nada bueno y ha destrozado lo poco que quedaba en pie de la economía.

La consecuencia de esta aberración política que vivimos es obvia: la policía, tarde o temprano no va a acatar órdenes de reprimir, pues no es la primera vez que los mismos políticos que las imparten se distancian luego de la policía y le hacen pagar la cuenta a sus Jefes. Este modo de manipular a las Fuerzas de Seguridad es deleznable, y nos va a llevar a situaciones de total descontrol.

Argentina es el mundo del revés.

¿Se supo la verdad...?.....

En los violentos hechos del Puente Pueyrredón hay dos verdades, no borremos la primera con la consecutiva según nuestras creencias, una cosa son opiniones y otra los hechos concretos ocurridos.

Primera verdad indiscutible, lo vimos todos reiteradamente en la TV y los mismos piqueteros de los sectores pacíficos así lo atestiguaron: en el puente los agresores y salvajes contra la policía fueron los piqueteros de los grupos de choque Verón y Teresa Rodriguez. El argumento de algunos medios de prensa de que la culpa sería de los policías por presuntas ineficiencias es demasiado hipócrita, la sufrida policía siempre o es ineficiente o de lo contrario son ¨malos represores¨.

Segunda verdad: hay indicios que parecen indicar que en el fragor de la lucha un grupo de unos cinco policías se habría puesto fuera de si e inaceptablemente asesinado al piquetero Santillán , más tarde en la estación de trenes a cinco cuadras. Deben ser juzgados y aplicarles la ley de ser el caso.

Pero no podemos dejar de hacer la diferencia entre tanto ruido mediático, manifestaciones callejeras y comentarios de politicos que nunca nada han dicho o hecho por los 70 policías Federales y Prov. Bs. As. asesinados a mansalva en solo estos seis meses pasados del año en curso. Eso además no disculpa pero si en parte explica que algunos policías a veces pierdan la calma profesional y cometan barbaridades.

En síntesis, ley pareja a todos, nada de brutalidad policial y nada de cortes de ruta revolucionarios e ilegales, sean o no violentos.

¿O es que no aprendimos nada de los sucesos de los 70´ y las hipocresías políticas – cuando no cobardías o directas complicidades - que alimentaron aquel drama?

D'Elía acusó a "Quebracho"

Se resquebraja el frente piquetero: denuncian "infiltración ideológica"

La trágica protesta que protagonizaron varias corrientes de desocupados el último miércoles en el Puente Pueyrredón, abrió una grieta entre las distintas organizaciones

No habrá mano dura con los delincuentes

"Juampi" Cafiero, nuevo Ministro de Seguridad y Justicia de Buenos Aires

El gobernador bonaerense, Felipe Solá, se cura en salud después de los graves hechos ocurridos a mediados de la semana pasada en el Puente Avellaneda. Luego de anunciar una reestructuración profunda del sistema de seguridad con la incorporación de un civil para el manejo de la policía, eligió a un joven "garantista" para que negocie con los piqueteros

Hace unos años llegó a mis manos el libro "Guerra de guerrillas" de Ernesto "Che" Guevara editado en el Uruguay por la Corporación gráfica el 10 de enero de 1968 con un prólogo de varias páginas de Abraham Guillén fechado el 20 de noviembre de 1967 que, a mi juicio, es mucho más importante que el texto de Guevara que es el propio de un hombre de acción, pues la formación y capacidad intelectual de un nivel superior de Guillén lo llevó a un análisis de la guerra revolucionaria realmente extraordinario como consecuencia del cual, al privilegiar la guerrilla urbana, sutilmente demostró el error de Guevara sobre el punto.-

Ese prólogo es de una seriedad que apabulla ya que no se trata de un trabajo meramente teórico o doctrinario sino que es una propuesta que se sustenta en experiencias reales.-

Los días que corren ya fueron previstos en el ya lejano año 1967 entre otros por Abraham Guillén y fue por ello que del largo prólogo escogí algunos párrafos que vienen como anillo al dedo para entender lo que nos está pasando a los argentinos, pues ello no es fruto de la casualidad, simplemente están en pleno desarrollo mecanismos estudiados hace mucho tiempo.-

Lo peor que hoy podemos hacer es subestimar la inteligencia de un enemigo que no duerme.-

Nos esperan tiempos duros y para hacerles frente nada mejor que esforzarnos para actuar con inteligencia para servir a la patria por encima de nuestros intereses personales.-

El camino de las ambiciones que como dijera el presidente Avellaneda viene tan cargado de gentes, hoy nos trae diferentes tipos de comportamientos y por ello vale la pena tratar de interpretar los roles que vienen cumpliendo los protagonistas de estas horas a la luz de la línea de pensamiento que reflejan las frases que a continuación se transcriben.-

"Se ha creído que el hambre era el gran aliado para la revolución social por generación espontánea.-

 

Las villas miserias, las favelas, los cinturones de miseria que circundan las ciudades latinoamericanas, no bastan para producir una Revolución.-

 

Los factores objetivos revolucionarios (hambre, crisis económica, guerras perdidas por una burguesía nacional) no bastan para producir una Revolución, si no existe un Lenín que la programa, que pasa a la acción, que le da su vanguardia subjetiva".-

 

"La lucha más importante se celebra entre la población por su control, su dominio.-

 

Y para ello, hay que crear juntas de liberación nacional, que dupliquen los poderes públicos, a fin de que el gobierno y sus funcionarios, por medio de los gobiernos paralelos, se queden en el vacío, aislados de la población".-

 

"Ganando a la población, se puede prolongar la guerra al infinito (el general tiempo), contra la estrategia de dominio del espacio, de la cantidad de fuerzas y de material de guerra, propia de los ejércitos regulares".-

 

"Para que haya una revolución es necesario que las clases oprimidas y explotadas derroquen violentamente a las clases explotadoras y opresoras, disuelvan el antiguo modo de producción, sustituyan las antiguas relaciones sociales y conviertan la propiedad privada, monopolista o estatista en propiedad socialista".-

 

"El foco guerrillero ha de operar en zonas que las masas populares deban ser puestas en movimiento por sus reivindicaciones inmediatas, desconocidas por los gobiernos".-

 

"La guerra revolucionaria debe entenderse por oposición a la guerra de ejércitos regulares, es decir la guerra revolucionaria es guerra de superficie (en todas partes, pero en ninguna con frente fijo, ya que el objetivo no es el terreno, sino ganar población, destruir al enemigo)".-

 

"La estrategia de la guerra revolucionaria es la unidad permanente entre la política y la guerra, sin separación posible entre ellas".-

 

"No siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la Revolución; el foco insurreccional puede crearlas".-

 

9 - "La regionalización como herramienta de progreso"

Ex cadetes de Liceos Militares han decidido abrir el debate acerca del alcance del concepto de regionalización, basados en la obra de Jorge Antón "Regiones Económicas Argentinas" quien se ha ocupado del tema y sus implicancias desde distintas aristas. Para los ex cadetes, "regionalizar" no es necesariamente agrupar por provincias, sino que implica un compromiso de

la comunidad para concebir un diseño de país distinto al que hoy tenemos. Se regionaliza la educación, la justicia, la administración, los servicios...

Señalan que para lograrlo debemos romper con el paradigma del centralismo de Buenos Aires versus las provincias que resulta ineficaz para enfrentar la crisis en la que nos encontramos, al menos en sus aspectos socioeconómicos.

Quienes deseen comunicarse con ellos podrán hacerlo al mail

[email protected]

10 - Desmentida

Como es de público conocimiento fue desmentido por todos los medios el cable de noticias que adjudicaba un presunto apoyo a la violencia piquetera por parte de Monseñor Primatesta; enhorabuena para todos. Queda la duda sobre lo actuado en el caso por su asesor o ayudante de apellido Caliendo.

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