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Indice de la fecha

1 - ¿Por qué la Corte no dicta un fallo que genere crecimiento económico?, por Marcelo Longobardi.

2 - "De nuestra memoria ..." - La verdadera historia, Rawson y Trelew, agosto del 72´.

3 - La patética zaga ´izquierdo humanística´, documentos made in USA presentados por un ´aniquilador´.

4 - La ´patria estatal´ a paso redoblado... y que la Argentina reviente.

5 - De Cartas de lectores de La Nación; "Distancia infinita".

6 - "No hay que olvidarse del...Teniente Coronel Julio Argentino del Valle Larraburu".

7 - Cartas de lectores: La palabra "anarquía", por el Dr. Mario Enrique Sacchi.

¿Por qué la Corte no dicta un fallo que genere crecimiento económico?

por Marcelo Longobardi

El 53% de los argentinos está por debajo de la línea de pobreza, de acuerdo con un informe que dio a conocer ayer el Indec. En un año hemos conseguido 6 millones de nuevos pobres; hay 19 millones de personas en una situación dramática; y se generan 17.000 pobres por día.

Hay lugares de la Argentina, como el nordeste, que tiene niveles de más del 70% de pobreza, inclusive Formosa, que llega al 78%. En Capital Federal y la provincia de Buenos Aires el promedio es de 50%. La región pampeana 52%, Cuyo 55%. En el noroeste el 63%. Y en el sur el índice es un poco más bajo, casi 40%.

Mucha gente puede plantearse cómo es posible que en un país tan rico, haya tantos pobres. Esta es la reacción lógica de cualquier argentino. Y esta contradicción tan aparente, en realidad no existe.

¿Qué es la riqueza sino la sumatoria de la riqueza de las personas? Hablo de los salarios, de los ahorros de las personas, del valor de la moneda, del patrimonio de las empresas, de la potencia económica del Estado, del grado de inversión que tiene el país. Todo esto es la riqueza y todo lo que ello produce.

La riqueza es finalmente cuán rico es cada uno de nosotros. Y ciertamente un país que tiene el 53% de la gente pobre, que va camino al 60% de acá a fin de año, es un país pobre.

Porque las cosas que nosotros creemos que determinan la riqueza, por ejemplo el campo, las montañas, en rigor no son más así. Hoy la riqueza es una cosa distinta, es cómo se canaliza el ahorro de la gente, ahorro que en la Argentina desapareció.

El salario, hoy en día, es de 150 dólares, como en África. Y la moneda argentina ya no existe más. El Estado está en una situación de default y no puede hacer nada. Las empresas están quebradas y los bancos están fulminados.

Entonces, ¿dónde está la riqueza en la Argentina? En ninguna parte. Este es el reflejo más fiel de que la Argentina es un país pobre. Porque sus habitantes son pobres.

Seguimos creyendo que nuestro país es rico, que está explotado, sub-administrado, mal distribuido. Y un país que tiene como salario promedio 150 dólares, y consume, vive y produce en ese nivel, es definitivamente pobre.

Hoy la Corte podría restituir el 13% de los salarios a los empleados estatales que alguna vez recortó Fernando De la Rúa. Ahora, yo también quisiera que se les restituya el porcentaje que se les quitó a todos los empleados privados.

Entonces, la Corte va a crear riqueza con un fallo judicial bajo el argumento de que el recorte es inconstitucional. La verdad es que con esto nos ganamos el premio a la maravilla económica. Yo no puedo entender por qué motivo es inconstitucional adaptarse a la realidad.

El sector público, ¿dónde vive, en Canadá? El Estado argentino destrozó a este país. Ahora, es perfectamente constitucional que a los empleados de las compañías privadas que se les baje el sueldo, pero al sector público no.

Ya que estamos, ¿por qué no dictan un fallo que genere crecimiento económico? Porque también es aceptable que la recesión es inconstitucional.

Finalmente, el espectáculo que brinda el Justicialismo ya es el colmo de los colmos. Parece mentira que cinco personas tan importantes no puedan ponerse de acuerdo por un procedimiento, tan absurdo, menor y elemental como es la interna justicialista. A este paso la Argentina va camino a no tener elecciones.

El 15 de agosto de 1972 se produjo una fuga masiva de terroristas del Erp, Far y Montoneros que cumplían condenas de la Justicia en el Penal de Rawson, Chubut. Fue una planificada operación conjunta de las tres organizaciones criminales, hecha con la participación de abogados defensores miembros activos de las mismas, como Abel R. Amaya entre otros, los cuales introdujeron las armas y efectuaron los enlaces con el exterior. Se fugaron varios cabecillas importantes: Roberto Quieto, Marcos Osatinsky y Mariano Pujadas de Far; Enrique Gorriarán Merlo, Domingo Menna, Roberto M. Santucho con su esposa Ana María Villareal del Erp y Fernando Vaca Narvaja de Montoneros.

La fuga fue facilitada por el hecho de que casi todos los guardiacárceles estaban extorsionados, por amenazas de los terroristas contra sus mujeres e hijos, siendo de hecho dueños del manejo interno del penal. Al huir los terroristas algunos guardiacárceles resisten, cayendo heridos dos de ellos, J. Galarraga y J.G. Valenzuela, quienes se habían resistido a las presiones recibidas. Este último caído en el suelo inerme, fue rematado de un disparo en la cabeza por Ana María Villareal de Santucho.

Emprendieron la fuga hacia el aeropuerto local, donde otro grupo terrorista había copado coordinadamente un avión civil y tomado de rehenes al pasaje. En este avión parte de los terroristas escapan hacia Chile, sin esperar a otros diecinueve que se atrincheraron en la aerostación con más rehenes. Rodeados por fuerzas de Infantería de Marina y de la policía se rindieron posteriormente, quedando detenidos por orden del Juez en la Base Aeronaval de Trelew, dada la notoria falta de seguridad del penal de Rawson. En el aeropuerto estaba el coronel del Ejército César Perlinger, quien resultó ser integrante de la banda Erp.

Días después, el 22 de agosto de 1972 hubo un nuevo intento de fuga, esta vez fallido, de los terroristas detenidos en la Base Aeronaval de Trelew. Cebados todavía por la impunidad gozada en el penal anterior, promovieron un motín con gran desorden y en un descuido fue desarmado y tomado del cuello como rehén por Mariano Pujadas un oficial de la Armada; en el momento en que se abalanzan todos en tropel contra el impotente personal militar armado que les apuntaba con pistolas ametralladoras a corta distancia en ese local cerrado, el oficial consigue desprenderse y se arroja al suelo entre los terroristas, ordenando abrir fuego. Por el fuego a quemarropa mueren dieciséis de los terroristas y quedan tres heridos graves, los cuales son trasladados al Hospital Naval de Puerto Belgrano donde fueron atendidos y salvadas sus vidas.

Este episodio, totalmente deformado, pasó a ser parte del folklore de la propaganda terrorista como un asesinato premeditado y además usado por diversos oportunistas políticos hasta hoy. Algunos de los muertos fueron velados en la CGT de Bs. As., ironía, en el mismo lugar donde en 1973 sería velado el Secretario General José Ignacio Rucci, asesinado por Montoneros según directiva expresa de su conducción superior. Los tres terroristas heridos y salvados por médicos navales fueron Envar el Kadre, María Antonia Berger y Camps. Los amnistiaron en mayo de 1973 y al menos los dos últimos pasaron enseguida a la clandestinidad, en lucha contra el gobierno peronista constitucionalmente elegido por 63% de votos. Ambos perderán sus vidas en esa nueva etapa de la guerra revolucionaria argentina de los 70´.

Entre los terroristas muertos estaba Ana María Villareal de Santucho, la reciente asesina del guardiacárcel, la cual por supuesto pasa a desempeñar el rol de inocente víctima en la falsa historia montada por el marxismo desde entonces.

"Obvio show mediático, más chimentos que otra cosa"

por Prensa Independiente

En la casi anárquica Argentina de estos tiempos, las FFAA son una de las muy pocas instituciones del Estado que cumplen eficientemente su función, trabajan en silencio por la nación pese a todas las dificultades y como se ve permanentemente, gozan de prestigio y la consideración de las mayorías ciudadanas; basta salir del falso ruido de varios medios de desinformación y de los petit círculos de la izquierda argentina detenida mentalmente en la fotografía de un pasado ya lejano.

Estos no tienen respuestas a ningunos de los dramas argentinos, subsisten políticamente montándose sobre las protestas populares ante la tremenda crisis y continuando la falsa película por ellos montada sobre la realidad de los años 70´ con el país en guerra revolucionaria.

La irresponsabilidad de esas izquierdas y de las dirigencias políticas en general es manifiesta; la actitud por cierto hipócrita del gobierno de los EEUU no debe sorprendernos, en política internacional solo hay intereses desde que existe el mundo; solucionado por nosotros el drama de los 70´ en el patio trasero sudamericano de los EEUU, sin el costo de un solo soldado de esa nación, hoy es fácil y más cómodo olvidarse y hasta atacar a las FFFA del subcontinente, algo funcional a la globalización en curso, excepto en el caso de la sufrida Colombia donde la guerra revolucionaria continua a pleno y está cerca de USA.

Por eso la opereta cayó como un jarro de agua helada sobre las conducciones militares, que ya hicieron circular su lógica y justa irritación.

Las presuntas revelaciones no son documentos de inteligencia de la CIA o el FBI, solo informes de funcionarios de la embajada de los EEUU en esa época, transcribiendo denuncias recibidas y el relato de charlas - reales o exageradas - no grabadas con funcionarios argentinos. Valor de prueba judicial nulo. Casi todo lo que se dice ya fue tratado por la Justicia en el juicio a los ex comandantes de 1984.

Pero la divulgación de estos nuevos documentos, explicaron fuentes bien informadas, vuelve a instalar el tema, aunque por unos días solamente, las preocupaciones ciudadanas son más concretas y urgentes que estos fuegos de artificio.

Como un efecto no deseado por los falsos denunciantes de DDHH, esos documentos informan que la suma de terroristas muertos y desaparecidos no llega a 10.000. Muy lejos de los 30.000 de Bonafini y de los misteriosos 6000 agregados por la comunista Diana Conti cuando era Secretaria de DDHH, intentando llevar el total a 15,000 sin dar sus apellidos y nombres con absurdos pretextos de ¨seguridad¨ (?).

El broche final de este grotesco político, los documentos abarcan al año 1975 pese a que no se juzgó lo sucedido en ese año por ´Orden de Aniquilamiento´ de los decretos de Isabel y Luder.

Peor aun, el colmo, el informe fue presentado imperturbablemente a la prensa por el hoy Ministro Ruckauf, ex gobernador por abandono, en 1975 uno de los Ministros que refrendaron tales decretos de aniquilamiento. Ayer como hoy una persona ciclotímica, por decirlo educadamente, pasa del ´meter bala´ a los ´DDHH´ con asombrosa adaptabilidad.

En el 2001 se dijo que era necesario eliminar 450.000 empleados públicos de todo el país, con salario de desempleo, dado que el grueso del déficit estatal son los sueldos; no se cumplió por ´sensibilidad social´. Pero en este último año y medio más de 1.500.000 de empleados o comerciantes privados se han quedado sin trabajo y con cero sueldo, lo cual parece ser muy ¨constitucional¨ y no afectar ninguna sensibilidad. El grueso del total de sub o totalmente desempleados son privados.

 

Aun con el descuento del 13%, el salario promedio estatal es mayor al privado que aun tiene empleo, pero les será devuelto porque ´los argentinos estatales son más argentinos que el resto´ que con sus impuestos les paga el sueldo.... y más constitucionales, perdón el olvido, lo dijo la prestigiada Suprema Corte. Ellos son ¨la patria¨ y el resto ...parias.

 

por Prensa Independiente

"Alrededor de 300 empleados se concentraron frente a Economía"

Antes de la decisión del 13%, hubo protestas de los estatales

Los trabajadores (¿) legislativos rodearon el Congreso antes de conocerse la decisión de la Corte Suprema. Además de la devolución del 13%, exigieron el pase a planta permanente de los contratados y no aceptar la división que quiere hacer el Gobierno contratando desocupados para ¨realizar tareas propias de los empleados públicos¨.

La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) realizó ayer una ruidosa manifestación de protesta. Fue encabezada por el titular de la Central de los Trabajadores Argentinos, Víctor De Gennaro, y por Pablo Micheli, de ATE-Capital.

Micheli advirtió que en la ATE "seguimos sosteniendo que no vamos a abandonar la calle", y anunció además que el próximo lunes los estatales realizarán un plenario nacional de delegados de donde dijo "seguramente saldrá la decisión de realizar un paro nacional".

Por su parte, los legislativos ratificaron el plan de lucha gremial para conseguir que la restitución del 13 por ciento descontado de los salarios, que se produjo en el Senado, sea extensivo a la Cámara de Diputados, la imprenta, la biblioteca y la obra social del Congreso.

Esta semana, el presidente provisional del Senado, Juan Carlos Maqueda, informó que los salarios de agosto a los trabajadores de la Cámara se pagaba en forma completa, sin el descuento.

"Distancia infinita"

Señor Director:

"Cuesta dimensionar el significado de la campaña cumplida por la tripulación del Irízar, hombres con profesionalismo y vocación que exige sacrificios apenas recompensados en lo económico.

"Imaginemos la misión tripulada por nuestros "honorables" políticos: los "elegidos" se hubieran peleado por los primeros lugares en la lista; la tripulación hubiera contado con peluqueros, consultores, asesores, pero faltarían marineros, científicos y técnicos; en lugar de rumbear para la Antártida, se habrían dirigido al Caribe. Al llegar al buque atrapado por los hielos y, considerando que no lo hubiesen embestido o hundido, se pelearían por pedir alguna comisión antes de mover un dedo, y luego no sabrían cómo moverlo. Les habrían vendido a los científicos y marinos rescatados los alimentos esenciales para su supervivencia, pero vencidos y a precio vil. Les habrían dejado un asesor en lugar de un médico. Presentarían un proyecto para declarar a la tripulación del Irízar como héroes de la patria y de la humanidad.

"Se constituiría la Comisión de Homenaje Permanente. Se los nombraría embajadores itinerantes vitalicios con derecho a dietas, gastos de representación y chofer. Otorgarían pensiones graciables. La comisión encomendaría acuñar una medalla especial en metales preciosos, por contratación directa. Se declararía el día de la llegada como feriado (que será prolijamente trasladado a un lunes cada vez que caiga en domingo). Se sancionaría la ley para jubilarse privilegiadamente.

"La distancia entre la hombría de bien, espíritu de sacrificio y altura moral entre nuestros hombres de mar y los políticos que en desgracia nos ha tocado padecer es infinita.

"Allí estarán los mismos políticos que no asistieron a la despedida la fría madrugada en que zarpó el Irízar, en el mejor lugar del recibimiento, para confundir el legítimo orgullo y júbilo del pueblo con sus deshonradas figuras."

Teniente Coronel Julio Argentino del Valle Larraburu, asesinado por el Erp el 23 de agosto de 1995 - en pleno gobierno constitucional - luego de un año secuestrado en una "cárcel del pueblo" cavada debajo de una casa de la organización, un verdadero agujero. Su cadáver fue abandonado en un baldío, había sido ahorcado con un cable, luego de ser torturado con golpes y corriente eléctrica, perdiendo cuarenta kilos de peso en ese año.

¿Escuchó alguna vez el lector reclamos de los llamados organismos de derechos humanos por esta barbarie? Nosotros tampoco. Sería interesante ver si en el corriente ´show de los documentos made in USA´ se dice algo al respecto.

La palabra "anarquía"

Señor Director de "Prensa Independiente":

Hace un tiempo que la palabra "anarquía" se ha instalado en nuestro lenguaje cotidiano. Diversas colaboraciones publicadas por "Prensa Independiente" la vienen recogiendo cada vez con mayor frecuencia, y no es para menos, pues los síntomas de anarquía cunden de modo alarmante en nuestra Argentina. Por eso me atrevo a arruimarle unas modestas consideraciones sobre este asunto que quizás puedan ser de utilidad a sus lectores.

Nadie ignora que "anarquía", en cualquier género de cosas, significa ausencia de principio, de autoridad o de gobierno. Sin embargo, casi siempre la anarquía es mencionada para aludir a la disipación de la autoridad política, lo cual no debe provocar extrañeza, ya que es precisamente en la vida civil donde suele incidir con más dramaticidad. De hecho, la anarquía política puede desembocar en la ruina de un estado mediante la pérdida de su entidad histórica. Por eso es natural que los hombres se amedrenten ante la proximidad cierta o lejana de una situación anárquica, pues si bien no hay ciencia humana capaz de vislumbrar los resultados que puede traer aparejados, la anarquía presagia invariablemente el desatarse descontrolado de las peores pasiones, de crímenes atroces y de una devastación generalizada. En medio de la anarquía, los hombres, que son animales sociales y políticos, son empujados a un estado de brutalidad que les induce a adoptar la máxima del "sálvese quien pueda", es decir, a procurar sobrevivir de una manera que no suele diferir demasiado del modo en que viven las bestias. En resumidas cuentas, la anarquía marca el tránsito de la vida política a la vida salvaje.

Puesto que la vida política excluye de raíz la anarquía, por cuanto no hay sociedad política sin autoridad, la anarquía acontece esporádicamente y su duración es relativamente breve, pues su fisonomía repugna a la misma naturaleza de la sociedad humana. Tanto es así, que en toda situación anárquica, los hombres unánimente desean y buscan ponerle fin clamando por la restauración del principio de autoridad.

Pero la anarquía no se produce ni espontánea ni súbitamente. Es precedida por la corrupción progresiva de la autoridad y por la conquista del magro poder político remanente por parte de bandos, partidos, sectas o mafias que usufructúan sus despojos en provecho de sus socios. En rigor, la anarquía se manifiesta con toda claridad cuando estas mafias pugnan por imponerse, incluso luchando entre sí e intentado sumar adhesiones a sus intereses. Es lo que sucedió en la Revolución Francesa: la defección de la monarquía sumió al país en el forcejeo de jacobinos, girondinos, termidorianos y otros grupos ávidos de la suma del poder que nunca lograron imponer. Otro tanto acaeció en Rusia tras el colapso del régimen zarista: bolcheviques, mencheviques y seguidores del zar se trabaron en una guerra civil que culminó cuando los primeros aplastaron despiadadamente a los otros dos bandos contendientes. Algo similar sufrió Alemania cuando la República de Weimar se transformó en el escenario de una puja destructiva entre las facciones que lidiaban con singular encono por el predominio de su frágil poder civil.

A la postre, en el campo político la anarquía no es tanto la inexistencia de autoridad, sino más bien la fragmentación del poder a manos de las mafias que lo acaparan despóticamente para sí, y, desde luego, en detrimento del bien común que ninguna mafia tiene la intención de respetar. Nada más lógico, porque la existencia de mafias en la sociedad política es de por sí un germen de sedición que termina pervirtiendo su autoridad y fomentando subsecuentemente la anarquía.

El desorden implícito en toda anarquía estimula en los pueblos una tentación al extremo peligrosa, a saber: que se quiera superarla de cualquier modo, o sea, recurriendo a cualquier expediente que rescate el orden conculcado sin importar la licitud o la ilicitud de las acciones tendientes a dejarla atrás. De ahí que la anarquía no sólo sea deletérea por el desorden y los desmanes que en sí misma envuelve, sino también porque aglutina la propensión a abrir el camino a las tiranías más ignominiosas.

En el fondo, pocas parecen haber sido las situaciones anárquicas que no han desembocado en tiranías. La razón de este peligro deriva de la propia ruina que fomenta su estallido, pues el esfumarse de la autoridad perturba y enflaquece de tal forma al cuerpo social que le resta muchas posibilidades de conservar la fortaleza necesaria para la reconstitución posterior del orden destruido. Este es el motivo por el cual las anarquías no necesariamente cesan por obra de hombres virtuosos, sino únicamente por las acciones de aquéllos - sean quienes fueren - que consigan hacerse del poder suficiente para restaurar la autoridad y encauzar la marcha del pueblo conforme a sus designios inapelables. Ni siquiera es descartable la posibilidad de que la anarquía concluya por obra de alguna de las mafias que operan al calor de su desorden, al menos en la medida en que esta facción alcance el poder eficaz para imponer el control de la sociedad diezmada por los estragos que origina su convulsión interna.

Por terrible que sea, la anarquía no se prolonga demasiado en el tiempo. Es remediable, pero esta calamidad conoce tan sólo un único remedio: el ejercicio vehemente del poder público, aunque sin la menor garantía de que este remedio sea aplicado de acuerdo a las reglas elementales de la prudencia y de la justicia. Por lo común, tanto la anarquía cuanto su único remedio se yerguen en la historia de los pueblos como verdaderos escarmientos de la dilapidación del orden en que esencialmente consiste la sociedad civil.

La experiencia de las sociedades que alguna vez cayeron en procesos anárquicos enseña que tamaña catástrofe de la vida política no se remonta deplorándola, sino adoptando los medios imprescindibles para restaurar el orden extinguido. La misma experiencia dictamina, además, que si no es remontada a través de la imposición de un verdadero orden, esto es, del orden que emerge del ejercicio de una autoridad que gobierne rectamente bajo la inspiración de la prudencia y de la justicia, poco después la anarquía resurge con mayor gravedad y virulencia, y, por ende, exigiendo remedios aún más dolorosos que el precedente.

La anarquía es la destitución de los principios. Es imperioso, luego, que antes, durante y después de la anarquía los hombres volvamos a meditar sobre los principios de los cuales dependemos individual y colectivamente y a observarlos con la diligencia y la severidad indispensables. Si así no obrásemos, la anarquía será una amenaza permanente en nuestras vidas. Los lamentos que hoy suscita entre nosotros la anarquía de más en más temida tienen su raíz en nuestro vilipendio de tales principios.

Le saludo muy cordialmente,

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