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"PRENSA INDEPENDIENTE" *"La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma Representativa, Republicana Federal..."* - Síntesis de prensa - 9 de febrero del 2002 - Año 3 - Número 312 http://www.geocities.com/prensa_independiente mailto: [email protected]
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- Repudio al gobierno por su voto en contra de Cuba en la ONU. Adhesión al Foro Social Mundial de Porto Alegre.

- Por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana. El Pueblo Gobierna y Delivera (sic) a través de las Asambleas barriales.

- Nacionalización del Comercio Exterior. Reestatización de las empresas privatizadas. Repatriación de los capitales fugados al exterior.

- Devolución de los ahorros en la moneda original. NO a la compra de dólares y al recorte del 13%.

- Sueldo básico de $600 y Seguro de Desempleo de $500, indexados según costo vida. Anulación de la Reforma Laboral.

- Control de los planes trabajar por parte de las Asambleas. Planes para adolescentes y chicos de la calle.

- Invitar a las trabajadores de los distintos sectores a participar en las Asambleas.

- Las organizaciones de trabajadores que están por fuera de los sindicatos tienen participación en la Asamblea Interbarrial.

- Participar del III Congreso Piquetero, el 16/02 en Plaza de Mayo y el 17/02 en el Teatro Colonial de Avellaneda

- Derogación de la Ley de Punto final y Obediencia debida. Cárcel a los genocidas y cómplices. Repudio a la liberación de Astiz. Cárcel a Seineldín y a todos los represores.

- Aplauso por los caídos en la lucha contra el gobierno. NO a las medidas represivas. Adhesión y participación en las movilizaciones por los pibes de Floresta.

- NO a la Ley Federal de Educación y a la Ley de Educación Superior. NO al arancelamiento de la Universidad. Por el Boleto Estudiantil y Becas para estudiantes.

- En defensa del Hospital Público. Control del presupuesto para Salud por las Asambleas. NO a la municipalización de la Salud y la Educación. Control de las Obras Sociales por sus afiliados.

- Elección directa de jueces y comisarios. Los jueces deben pagar impuesto a las ganancias.

- Reducción de las tarifas de servicios. NO pago de servicios públicos. Renuncia de los funcionarios de los entes reguladores de las privatizadas.

- Pública declaración jurada de los sindicalistas. Echar a la burocracia sindical.

- NO a la instalación de una planta nuclear de EEUU en Tierra del Fuego (¿???)

NOTA DE LA NAC Y POP: -¡¡Por ese gran argentino, que se supo conquistar, a la gran masa del pueblo, combatiendo al capital !! (Marcha peronista). Esta recibiendo este mensaje de la NAC & POP (Red Nacional y Popular de Noticias). La NAC & POP está impulsada por La Mesa de los Sueños de los Compañeros de Utopías de la Agrupación Oesterheld en su permanente homenaje a los grandes patriotas y como un humilde aporte de amor activo al Pueblo criollo, de pie, en la conformación y consolidación del Movimiento Nacional y Popular que lo lleve a la victoria, por el Pueblo en la calle, en la Santa Revuelta del Argentinazo.

Creemos que se percibe claramente el ¨entrismo de izquierda¨ dentro del fenómeno de las protestas de clase media, bajo diferentes disfraces, tanto en los cacerolazos hoy ya no tan espontáneos como en´ las llamadas ´Asambleas Barriales´, según diariamente nos muestran los activistas de ´Nac & Pop en sus mails.

Pero también la prensa sensacionalista o ideologizada tiene sus culpas. Estuvimos la noche íntegra del 19 al 20 de diciembre observando con gente nuestra viendo lo que pasaba en la Plaza de Mayo, además de otros en los canales de TV y podemos calificar de totalmente falsa la burda historieta de que el gobierno delarruista haya lanzado ¨una represión imposible de justificar contra miles de personas que demostraban pacíficamente, con niños, ancianos, inválidos y a hasta sus perritos¨, historieta a la cual se pliegan operadores periodísticos, políticos demagogos y hasta miembros del poder judicial.

Hasta las 0100hs. del día 20 estaba allí una clase media multitudinaria y protestando en paz. En el final del programa de Haddad se vio claro cuando a las 0055hs cuando llegan jóvenes activistas con la cara tapada y comienzan a atacar con proyectiles a la barrera policial de la Casa Rosada, ubicándose en la primera fila de la gente. Los gases van contra ellos y la gente común automáticamente se va caminando, tranquilamente, no corren en general, la policía no la ataca y solo quedan jóvenes agitadores, ellos sí se trenzan con la Policía en la madrugada.

Fue notoria la manipulación de Miriam Lewin - ex terrorista - del canal 13 grupo Clarín, quien a las 0115hs mandaba audio por celular, que salía en la tele pintando un cuadro desgarrador de imaginarias terribles masacres en la Plaza, corridas, etc; la realidad la mostraba la imagen de su mismo Canal tomada desde arriba muy alto, la Plaza estaba casi vacía, solo una tenue nube de gases y una solitaria palmera en llamas.

Miriam seguía su inventado show y salía la voz desesperada de un locutor en off que le decía: ¨MIRIAM, MIRIAM , TENEMOS IMAGEN DIRECTA DE LA PLAZA EN EL AIRE, DESDE ARRIBA.... recién al tercer intento esta se dio cuenta y enmudeció en seco, mientras pasaban a una piadosa tanda comercial. Luego volvieron los cuentos de Lewin, pero ya sin la imagen completa de la Plaza, solo la de algún agitador aislado filmado casi a quemarropa, treta usual para disimular la falta de gente.

Penoso fue comprobar al día siguiente como nos desinforman, casi todas las agencias de cable y en consecuencia los diarios ¨grandes¨ repetían la historia oficial del oligopolio Clarín, la de los viejos y niños perseguidos por la policía mala.

Hoy sabemos que los cinco muertos ocurrieron recién en la tarde del 20 y en realidad afuera de la Plaza, entre Avenida de Mayo y Chacabuco hasta el Congreso, ninguno era clase media pacífica ni mártires, eran activistas organizados en brigadas de choque, lo vimos todos en la TV y es lo que dice el expediente judicial. Claro, la jueza Servini Budi Budia tiene otras políticas necesidades en su actual versión derecho humanística,.... y así es que pierde su libertad el Comisario Santos, como antes los militares por osar derrotar al terrorismo de los Santuchos y Firmenich.

De haber actuado irresponsablemente la Policía Federal en esas días de debacles - o digamos tan solo con la firmeza de sus pares de USA o Europa – los muertos se hubieran contado por decenas entre los saqueadores. Claro, el precio lo pagaron los dueños de los bancos y comercios destruidos totalmente, lo pagan los policías que mueren todos los días del año, sin una sola palabra de nuestros derecho humanísticos hipócritas, ellos está preocupados por los buenos chicos de Al Qaeda en Guantánamo.

La verdad no importa, solo la VERDAD INSTALADA , lo importante para ellos es lo que el público debe recibir, repetidamente hasta creerlo verdadero ...... y a otra cosa. Hasta que los tiempos cambien, como siempre sucede desde la historia más remota.

Lo que el país necesita es: un sistema bancario serio; el respeto de los derechos de propiedad de la gente; una moneda independiente del poder político; una recaudación de impuestos federal sin coparticipación; un Estado sobrio, ahorrativo y eficiente; una justicia independiente, una integración al mundo tan abierta como sea posible, una desregulación lógica y amplia. Esto como definición general.

Lo que el país tiene es: un sistema bancario quebrado, sobre todo el estatal; la violación absoluta de los derechos de propiedad; la moneda absolutamente dependiente del poder político; el sistema impositivo deshecho, unitario y coparticipativo; el Estado sigue gastando a troche y moche impregnado de bonos de todo tipo y color, siendo absolutamente ineficiente en los servicios que presta; la integración al mundo se reduce a ser furgón de cola de Brasil en el Mercosur; y la regulación es tan agobiante como para llegar al punto de tener que pedir permiso a Blejer (presidente del Central) para llevar el dinero ahorrado fuera de país en caso de emigrar.

Este es un pequeño recuento de la realidad. A esto se suma la intención de "jubilar" a la Corte Suprema para reemplazarla por una corte adicta. Es decir que la inseguridad jurídica seguirá tal cual o peor, ya que ni siquiera habrá una excepción a la regla de la violación de los derechos de la gente.

La pretendida reforma del Estado de Duhalde es de menor trascendencia. Veamos:

Provincias, municipios, educación, salud, seguridad, coparticipación federal, jubilaciones de privilegio, pensiones graciables, ñoquis, amigos, clientelismo, listas sábana, licitaciones, contratos, ...Hay tanto, pero tanto, que ni siquiera se menciona que da vergüenza ajena seguir analizando esto.

A todo esto la gente está cada día más loca, para parafrasear a Celeste Carballo. Sus ahorros se esfuman de la mano de irresponsables que hasta se vanaglorian con la "licuación de pasivos", como es el caso de De Mendiguren. Nadie sabe cómo sigue la película, pero todos tienen pánico. Un pánico de una lógica absoluta. Porque cada día se evidencia más que estamos en manos de improvisados que perjudican a los que menos poder de lobby tienen. La estafa devaluatoria va dando muestras día a día del desastre que ha provocado. La idea básica fue la de "licuar", como confesó ese inimputable "ministro de producción".

En fin, creo que el final está cerca. Ojalá me equivoque. Ojalá Duhalde cambie el rumbo a tiempo, aunque mucho me temo que no lo hará. Él cree que los malos son otros, o quiere hacernos creer que lo cree.

Corre detrás de los hechos, detrás de los cacerolazos y los gritos. Detrás de "escraches" y de insultos. Detrás de reclamos y de jueces. El final está cerca, repito. Demasiado cerca.

En la "Síntesis" del 6/2/2002, se reproducen varias opiniones preguntándose ¿Por que si existían 14.000 millones de dólares de reserva se devaluó?

Lamentablemente, a mi criterio, ninguno reniega del terrible experimento al que fue sometido el pueblo argentino.

Nadie parece conocer el principio de causalidad, o bien del examen de la situación económica al momento del establecimiento del corralito, equivocan en el diagnostico de las causas que lo provocaron, y por ende de los remedios necesarios para la cura y rehabilitación de nuestra economía.

Hay 5 millones de desocupados y subocupados, miles son las empresas y comercios de todo tipo cerrados y/o en convocatoria, el país se encuentra quebrado, la actividad económica productiva altamente endeudada en dólares y totalmente parada, y el futuro es incierto.

El 13/10/2001, "La Nación" publicó un reportaje al flamante premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz, ex economista jefe del Banco Mundial:

Sí, porque se focalizó en los problemas de inflación y dejó de lado el tema del desempleo, y el resto de los problemas de la economía real. Este enfoque provocó la falta de crecimiento, que a su vez llevó al Gobierno a tener dificultades en la recaudación de impuestos y agrandó el déficit fiscal. La falla del Consenso en el caso de la Argentina fue profunda, porque el FMI le dio una buena nota por haber bajado la inflación y por haber fijado el tipo de cambio. Y como el país tenía una buena nota del Fondo, los inversores pusieron dinero en el país, mientras no se tomaba en cuenta la situación de la economía real.

Por supuesto; uno no puede tener un sistema de convertibilidad con tasa de cambio fijo en un país que comercia mayormente con naciones cuyas monedas se mueven con mucha diferencia respecto del dólar. El dólar fuerte implica un peso fuerte y por eso la Argentina no puede exportar ni a Brasil ni a Europa, por lo cual la convertibilidad es una parte importante de las fallas

del Fondo en la Argentina. El país ha exhibido una gran flexibilidad para bajar el salario real, pero las exigencias de la convertibilidad van más allá de lo que cualquier economía razonable podía enfrentar, dada la volatilidad del tipo de cambio internacional."

Coinciden en éste análisis, entre nosotros el Encuentro de Economistas Argentinos (Conesa, Curia, Lascano, Marco del Pont, Tresca, etc.) y José Luis Espert.

En el extranjero Paul Krugman (ex MIT, Princeton), Ricardo Hausmann (Harvard, ex economista jefe del BID), Michael Mussa ( ex economista jefe del FMI), Nouriel Roubini (New York University, Stern School of Bussines) y Martin Coiteux (Universidad de Montreal). Existiendo un excelente trabajo de John Williamson, del Institute for International Economics, año 1995, "What

Rol for currency board's? (¿Cual es el rol de las cajas de conversión?, donde comentaba el caso argentino y ponía de resalto el peligro en ciernes. El libro está editado electrónicamente en el sitio www.iie.com , y su autor es nada menos que el autor del famoso "Consenso de Washington".

1. Un sistema de caja de conversión (convertibilidad), con ancla de 1 peso 1 dólar (con el peso sobrevaluado) que sólo garantizaba la conversión a dólares de los pesos en circulación y depósitos a la vista, la base monetaria o M1 (Ley 23.928 Art. 4º). EL RESTO DE LOS DEPOSITOS NO SE ENCONTRABAN INCLUIDOS. Aún hoy el BCRA PUEDE CUMPLIR CON ESA LEY PUES TIENE LAS RESERVAS NECESARIAS.

2. Un sistema bimonetarista donde los argentinos eran endeudados dólares PESE A RECIBIR SUS INGRESOS EN PESOS, con ahorristas que depositaban dólares billetes en bancos nacionales y extranjeros, que sólo debían mantener encajes del 20%, o reservas para una contingencia como una corrida bancaria y en ese caso no tenían, al menos los bancos nacionales, prestamistas de última instancia en dólares para devolver los depósitos.

Pese a lo cual los bancos en total irresponsabilidad pagaban tasas superiores al 10% anual en dólares, en plazos de treinta días, prestaban al Gobierno al 18% y a particulares al 36% y más, en plazos muy superiores a los treinta días, y solicitaban siempre al Gobierno que no se abandonara la convertibilidad, pues sabían perfectamente que en caso contrario deberían honrar sus deudas.

Un verdadero esquema Ponzi (Charles Ponzi, famoso estafador de la década del veinte en USA), donde se inducía a los incautos a renovar sus imposiciones, UNICA FORMA DE MANTENER EL SISTEMA. CUANDO EL PUBLICO QUISO RETIRAR SU DINERO, LO QUE HUBIERA PROVOCADO LA CAIDA DE LOS BANCOS Y EL SINCERAMIENTO DE LA OPERATORIA, Cavallo inventó el corralito.

3.Han pasado dos meses. Ningún banco ha devuelto el dinero a los ahorristas. Por el contrario únicamente los argentinos solventarán la timba.

Con el agravante que como excusa del reordenamiento del sistema financiero los bancos extranjeros pretenden quedarse con el Banco Nación, Banco Provincia y BICE, que pese a las irregularidades que les achacan, han sido las únicas entidades que financiaron a las actividades productivas del país evitando su quiebra masiva.

Pero cuidado, como garantía de sus prestamos los bancos oficiales tienen hipotecadas las tierras e inmuebles de mayor productividad de la Nación.

Su entrega a la banca privada configuraría el latrocinio más grande de nuestra historia. Recordemos que el sector agropecuario estadounidense es subsidiado con u$s 170 mil millones y el europeo con u$s 230 mil millones, siendo por ende un sector no interesante para los bancos.

En nuestro país los bancos extranjeros han concentrado el 50% de los depósitos, y sólo el 3,5% de sus préstamos ha sido al sector agropecuario.

Finalmente el largo período de decadencia argentina, que se inició con el advenimiento de Perón en 1945 - 46 y se extiende hasta nuestros días, desembocó en la crisis actual. La precipitación de esa crisis debe ubicarse en las medidas adoptadas por el Dr. Cavallo el 1 de diciembre de 2001. Esas medidas provocaron una verdadera conmoción en la opinión pública, que reaccionó en parte en forma legítima, pero que facilitó la acción de grupos violentos proclives al saqueo de bienes públicos y privados y abusos de toda clase. Esas graves perturbaciones se manifestaron en la Ciudad de Buenos Aires y se extendieron en casi todo el país.

Este estado de cosas no constituye un episodio aislado ni circunstancial. Es, como he señalado, la consecuencia de un dilatado proceso de desacuerdos políticos y económicos que inevitablemente debía conducir al desenlace actual.

La crisis presente está determinada por una serie de factores gravitantes, entre ellos la Ley de Convertibilidad con tipo de cambio fijo y sobrevaluado, que se suponía habría de durar por lo menos diez años, acaba de explotar dando lugar a una devaluación que afectará severamente a todos los habitantes del país.

La mayoría de los dirigentes políticos y funcionarios del gobierno había proclamado la intangibilidad y la fortaleza del peso argentino, induciendo a la población a creer en esa estabilidad y a planear su actividad económica confiando en ella. Hoy todos sufren las consecuencias de lo actuado, especialmente aquellas que, respondiendo a los consejos oficiales, mantuvieron su capital y sus ahorros en el país. Sólo quienes supieron y pudieron colocar su dinero en el exterior se beneficiaron.

Pero lo más importante no son los efectos individuales que tendrán que soportar quienes perdieron en ese balance de ganancias y pérdidas. Lo verdaderamente grave es la amenaza que afecta a la Argentina como país. La moneda nacional ha quedado prácticamente destruida y el sistema financiero ya no funciona. No quiero exagerar, pero es bueno que se recuerde el consejo de Lenin: «Si queréis destruir el Estado burgués, destruid su moneda».

La Argentina es hoy considerada como el país de mayor riesgo financiero en el mundo. Su deuda pública superó los 150.000 millones de dólares y ya no podemos ni siquiera pagar sus intereses. Internamente también estamos en cesación de pagos, a tal punto que el gobierno nacional y la mayoría de los provinciales han creado mecanismos como sucedáneos de la moneda (LECOP, patacones, quebrachos, porteños y otros instrumentos similares). Algunas provincias y hasta municipios aislados viven también en estado de cesación de pagos. Los canales de televisión reflejan las protestas de quienes han trabajado dentro del ámbito estatal y no pueden percibir sus salarios regularmente desde hace meses.

El déficit de presupuesto de 2001 se elevó de los 4.500 millones proyectados a más de 12.000 millones, con lo que se está muy lejos del «déficit cero» con que se pensaba resolver el problema.

La recesión dura ya más de cuatro años y va en aumento. A ello se agrega la desocupación, que se ubica en el nivel de 18,5%.

Pero lo peor es que no existe un plan para revertir esa situación ni en el corto ni en el largo plazo. Ni siquiera se ha hecho un diagnóstico acerca de las causas que han creado la temible confusión en que vive el país. Ese diagnóstico es indispensable para formular ese plan de recuperación.

Los dirigentes y funcionarios políticos se mantienen ajenos al problema. Los partidos políticos, entremezclados entre sí, no están en condiciones de proyectar y ejecutar las reformas necesarias. Su acción se limita a las pujas internas y ninguno de ellos cuenta con equipos de trabajo en el ámbito económico para encarar la tarea. Mucho menos cumplen con su función de ilustrar al ciudadano acerca de las grandes cuestiones sujetas a debate.

Es más, tanto los principales dirigentes políticos como los economistas que los acompañan y asesoran, son de tendencia socialista, aunque no lo reconozcan públicamente. Su acción se limita a denostar el «modelo» que supuestamente habría imperado durante los últimos diez años, siendo el gran responsable de la crisis actual. Denominan a ese «modelo» neoliberal, sin precisar el significado de esa palabra. Nadie ha dicho en qué consiste ese liberalismo. Todo lo que se ha afirmado es que «hay que cambiar el modelo». Tampoco se ha señalado con qué otro modelo habría que reemplazarlo.

En realidad, lo que los detractores de los gobiernos de los diez últimos años atacan es la filosofía liberal que en alguna medida influyó sobre ellos. En 1989, en medio de un verdadero caos cuyo signo más evidente fue la hiperinflación, el Dr. Menem puso en marcha un verdadero plan de transformación económica y social liberando la economía, instituyendo la economía de mercado, abriendo el país competitivamente al comercio y las finanzas internacionales, privatizando las empresas del Estado que durante años habían consumido los recursos del país y defendiendo la estabilidad monetaria.

Ese conjunto de decisiones, de inspiración liberal, tuvo pleno éxito al abatir la hiperinflación y crear las bases para el futuro desarrollo del país. Pero a fines de 1994, reapareció el déficit del presupuesto nacional, y el impulso inicial hacia el liberalismo se agotó, paralizándose la transformación iniciada. La filosofía liberal quedó trunca, siendo sustituida por una mezcla de ideas sin orientación definida. Si a ese estado de cosas se lo quiere denominar neoliberal, podemos estar de acuerdo, por cuanto nunca hemos apoyado una mezcla de esa clase, sino que la hemos denunciado como el factor que habría de conducirnos a una crisis como la presente. El Dr. Cavallo es un conspicuo responsable de esa política híbrida, necesariamente autoritaria y plagada de errores e improvisaciones que ha prevalecido desde 1995 hasta la fecha.

Como digo, el desenlace no podía ser otro que el cuasi caos actual, cuyo detonante fueron las medidas precisamente adoptadas por el Dr. Cavallo el 1 de diciembre último. Ese fracaso, que es inocultable y perturbador de la vida diaria de todos los habitantes del país, es el que nos ha llevado a la crisis actual. Queda ahora la difícil tarea de revertir esa situación.

Esta vez no se puede recurrir a paliativos ni a ensayos pragmáticos y tecnocráticos. Todas las pruebas que se han hecho en ese sentido han fracasado, y el conocimiento económico y del orden social permite afirmar que volverían a fracasar en el futuro.

Se plantea así un verdadero dilema: o se recurre a una verdadera solución liberal, o se insiste en ese neoliberalismo propio de la socialdemocracia (o democracia socialista). Exponentes de este segundo enfoque son el Dr. Alfonsín, que debió abandonar el gobierno antes de cumplir su mandato y que no oculta su vocación socialista hasta el punto de procurar su adscripción a la Internacional de ese nombre; el actual presidente de la República, Dr. Duhalde, ha sido el más ferviente promotor de la idea de «cambiar el modelo», pero no en el sentido liberal sino en el de la socialdemocracia, y el Dr. Cavallo, que la opinión pública ubica del lado liberal, es en realidad un dinámico líder socialdemócrata, que nada tiene de liberal.

Lamentablemente no existe en estos momentos en el escenario político un verdadero partido liberal. La UCeDé lo fue hasta las elecciones de 1989, pero por razones internas y porque el Dr. Menem durante su primer mandato recurrió a las ideas sostenidas por el partido; el progreso de esa agrupación ahora se vio interrumpido, y si bien sus ideas han prevalecido en el plano intelectual, la UCeDé no tiene ahora peso político como para gravitar decisivamente dentro del extraordinario desorden que ha calado tan hondo en la vida argentina.

Por lo tanto, la solución de esta crisis no puede esperarse por el lado de los partidos políticos. En situaciones normales, cuando un partido o una coalición gobiernan, y existen un partido y líderes de oposición capaces de cambiar verdaderamente el modelo, el problema podría resolverse mediante el reemplazo del gobierno. Pero esa posibilidad no existe en la Argentina de hoy, ya que oficialistas y opositores actúan de la misma manera, improvisando soluciones parciales a problemas que deben ser considerados en conjunto dentro de una línea de pensamiento económico claramente definida. De ahí que es el gobierno el que debe resolver el dilema planteado: o se insiste en las ideas socialdemócratas que durante más de cincuenta años han imperado en el país, o se recurre a los principios liberales, lo cual implica un cambio verdadero del modelo socialdemócrata vigente aplicado por muy distintos gobiernos que han cuasi destruido el país.

Si se decide recurrir al modelo liberal, es necesario aplicarlo integralmente. Las soluciones a medias terminan siempre en cada vez mayores fracasos. En lo inmediato, la gran cuestión reside en saber por cuál de los modelos se inclinará el Dr. Duhalde. Todo parece indicar que la filosofía socialdemócrata prevalecerá. Es urgente, por lo tanto, formular un plan liberal que, unido a un acuerdo político que permita su aplicación, serviría como alternativa para salir de la crítica situación actual y reencauzar el país por el camino de un sostenido progreso, como el que vivimos bajo nuestra Constitución liberal de 1853-'60, hasta el desborde del peronismo-populismo de 1945.

Es inútil buscar soluciones intermedias o parciales. Esta vez no podremos escapar a la necesidad de llegar, cueste lo que cueste, al fondo del problema. Esa tarea no está al alcance ni del justicialismo ni de la Unión Cívica Radical. Ambas son responsables del punto a que hemos llegado. La gran tarea política en el momento presente es descartar esos intentos socialdemócratas e inclinarse por las soluciones verdaderas.

El segundo problema político de fondo realimentado desde el viernes, y quizá el principal, es que la izquierda argentina ha maquinado que de esta crisis económica, la más grave del país en siglo y medio, debe surgir una argentina cubanizada marxista o, en la hipótesis de mínima, una Argentina anti-norteamericana tipo Hugo Chávez de Venezuela.

La izquierda, que sueña hoy con el surgimiento de soviets en cualquier momento, como derivación de la anarquía callejera, en medio de esta crisis, quiere tomar posición en la Corte Suprema o neutralizarla. Es lo que ya hizo con las Fuerzas Armadas del país; con la Policía que actúa atemorizada para reprimir la delincuencia y ahora hasta desmanes de activistas.

Una izquierda que antes logró atemorizar desde la prensa ideologizada pero ahora comenzó a dominar jueces que frenan y juzgan a las fuerzas de seguridad cuando quieren resguardar el orden, evitar el caos y proteger bienes.

Una izquierda que en su penetración permanente domina amplia parte de la prensa argentina en forma directa o aprovechando que la misma crisis económica tiene a los editores jaqueados por angustias financieras y sólo preocupados por subsistir con sus empresas.

Esa izquierda es mínima en la Argentina si democráticamente la ciudadanía va al voto en urnas pero más activa que los defensores de la libertad lamentablemente.

Han dominado todos esos sectores y ahora le ha caído como un regalo la ambición política de la familia Duhalde, que no asumió apoyándose en la fuerza contundente de los gobernadores justicialistas sino sumando minorías desprestigiadas. Es el caso de la imprevista gravitación en un gobierno nacional que logra Raúl Alfonsín.

Completar el desmantelamiento de la SIDE para vigilancias y comenzar a vaciar también la Corte Suprema son las metas inmediatas del cronograma de penetración del marxismo criollo. Esto hace inexplicable que la misma Corte, con su inoportuno fallo, haya facilitado ese trabajo de copamiento.

La Corte ratificó la descontada ilegalidad del «corralito» cansada del manoseo de su juicio político y de los actos callejeros que eran realizados por 4.500 persistentes personas. Se conoce que no menos de 3.000 eran activistas de izquierda que se turnaban en el hostilizamiento diario frente a la sede del alto cuerpo. Se reducía el operativo a ellos solos, a los 3.000, dividiéndose con orden marcial los que averiguaban y se disfrazaban de caceroleros frente a los domicilios particulares de miembros de la Corte. Alrededor de 1.000 eran los aportados a tumultos frente a Tribunales por abogados laboralistas que querían modificar en contra de las empresas y en beneficio de sus honorarios la Ley de Riesgos del Trabajo, cuya inconstitucionalidad pedían. Les fue denegada el mismo viernes por la Corte Suprema, pero en su egoísmo ayudaron también a las fuerzas de la izquierda. Y no llegaban a 500 los realmente espontáneos y no politizados que suponían que un fallo de la Corte bastaría para que les devuelvan en el acto sus depósitos.

Debieron meditar los miembros del alto cuerpo en la politización y nula representatividad de los grupos hostiles callejeros, aunque los ofuscara y sea cierto que el gobierno no hacía nada por dispersarlos y hasta los alentaba.

Aunque supiera que su acordada no imponía ninguna encerrona insalvable al Ejecutivo, obvió meditar que facilitaba el juego político de la izquierda hacia copar o neutralizar instituciones de la democracia. No es casual que los 28 pedidos de juicio político a los ministros de la Corte Suprema provengan de la minoritaria izquierda. Todos, los 28.

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