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Comunicado del "Foro de Generales retirados" a la opinión pública

 

"¿GOLPE DE ESTADO O CAMINO DE LA LEY?"

Ante la difusión de rumores que vinculan a personal militar en la participación de un probable "golpe de estado", el ´Foro de Generales retirados´ considera oportuno el tratamiento de tan controvertido tema, con la intención de desmitificar preconceptos tendenciosos que existen al respecto.

La propuesta y promoción de esta posibilidad, como alternativa ilegal de Gobierno, puede estar impulsada por motivaciones de variada naturaleza que, en la búsqueda de objetivos diferentes, pretenden introducir a las Fuerzas Armadas en el tembladeral político y socioeconómico en el que ha derivado la crisis que hoy afecta a la Nación Argentina.

Quienes lo hacen desde una concepción ideológica, persiguen el deliberado propósito de desprestigiarlas y debilitarlas, induciéndolas a asumir un protagonismo ajeno a la función especifica que les compete en el marco de la República, para convertirlas en corresponsables de un deterioro moral, institucional y estructural, que por su gravedad no tiene precedentes en la historia del país.

En otro ámbito, también puede haber sectores que consideren a las Fuerzas Armadas en la obligación de concurrir en auxilio de sus intereses, a través de una solución extrainstitucional.

Uno de ellos el político que, preocupado por el descrédito que genera su ineficiencia busca de ser relevado de responsabilidades en el corto plazo, otro como el económico que, apremiado por la perdida de rentabilidad aspira a nuevas expectativas que lo satisfagan.

Ante estos u otros enfoques que aprecien como viable la hipótesis del "golpe de estado", resulta importante destacar la gravedad de la actual realidad nacional, caracterizada por la desjerarquización de los valores éticos, carencia de seguridad jurídica, fractura de las instituciones, conflicto de poderes, descrédito y rechazo de la dirigencia política, destrucción del sistema financiero, violación del derecho de propiedad, deflación, no pago de la deuda externa, debilitamiento de las normas de convivencia social y otros aspectos de no menor relevancia.

La naturaleza disociadora, magnitud y acelerado deterioro de esta encrucijada estaría demostrando que su solución sólo será posible si se concreta un proyecto integrador de país que, impulsado por motivaciones espirituales y materiales, otorgue sentido y contenido a la convivencia de los argentinos. Propuesta que, legitimada por el cumplimiento de nuestra Constitución, conduzca a recuperar el principio de autoridad para imponerlo con racionalidad, idoneidad, esfuerzo, sacrificio y honradez, dirigido a recuperar la identidad y dignidad de la Nación.

En estas circunstancias históricas trascendentes, buscar un atajo para eludir ese derrotero, sea por vía de una componenda política o por el intento de subvertir la disciplina militar, constituiría el detonante de una explosión de imprevisibles consecuencias para nuestra Patria.

El camino de la ley está abierto a la dirigencia nacional, que tiene la responsabilidad de dar testimonio de su existencia, potenciando con grandeza e inteligencia las convicciones cívicas imprescindibles para aventar el peligro de la disgregación.

Hace ya unos cuantos años - fue el 10 de abril de 1972 - en una esquina céntrica de la ciudad de Rosario caía acribillado, víctima de una emboscada conjunta de las FAR y el ERP, el entonces comandante del segundo cuerpo del Ejército Argentino, el general de división Juan Carlos Sánchez.

En los próximos días, el Gobierno mejicano debe decidir sobre el pedido de extradición efectuado por un juez de Madrid, referente a Ricardo Miguel Cavallo, ciudadano argentino Capitán de Corbeta retirado de la Armada, actualmente privado de su libertad en México desde el 25 de agosto del año 2000, bajo cuestionables condiciones de detención.

Al momento de su detención, Ricardo Miguel Cavallo se encontraba en México, desarrollando actividades comerciales particulares, al haber ganado su empresa de origen y capitales argentino, una licitación internacional bajo auditoría suiza.

Ante la inminencia de tal definición, distintas agrupaciones argentinas, defensoras de los derechos humanos y de tendencias izquierdistas, han hecho oír su voz con amplia difusión en los medios de prensa, instando al Gobierno Mejicano para que conceda la extradición del mencionado ciudadano argentino y facilitar el juzgamiento del mismo en España, por supuestos delitos que habría cometido en la Argentina.

Nos preguntamos si todavía, el verdadero anhelo de justicia y respeto por los derechos humanos será vulnerado una vez más por el odio, el revanchismo y la inconsciencia que nos sigue empujando como sociedad organizada a un callejón sin salida previsible, donde nosotros mismos como ciudadanos argentinos, reclamamos a gobiernos extranjeros que no respeten nuestras propias leyes e instituciones del derecho.

El ciudadano argentino Ricardo Miguel Cavallo, quien fue miembro de la Armada Argentina durante los años de la lucha antiterrorista en nuestro país y de la cual se retiro por razones de salud, actualmente esta detenido en México sin proceso, encarcelado bajo máxima seguridad, a la espera que se decida el pedido de extradición efectuado por un juez instructor de Madrid, no registrando ninguna otra imputación delictiva en la jurisdicción azteca.

El pedido de extradición esta basado en supuestos no probados, a partir de declaraciones efectuadas por testigos (reales o falsos) ante el juez español, quienes le atribuyen responsabilidades a Ricardo Miguel Cavallo por los delitos de genocidio, torturas y terrorismo, que habría cometido en nuestro país entre 1976 y 1983.

Dicho pedido de extradición fue apelado, incluso por los mismos fiscales de España, ya que los acuerdos de extradición entre ambos países de 1933, excluyen taxativamente los delitos de fuerzas militares.

Sin haber tomado en consideración lo expuesto anteriormente y a pesar que la Constitución de México consagra especialmente el principio de territorialidad, la justicia mejicana consideró el pedido de extradición argumentando que nuestro país había resignado sus obligaciones para juzgar dichos delitos, en virtud de las leyes de "obediencia debida" y " punto final ".

La justicia mejicana, al considerar el pedido de extradición del juez español, esta vulnerando principios de su propia jurisprudencia e ignora que:

Ricardo Miguel Cavallo fue desprocesado por la justicia argentina en los hechos que se investigan, el 6 de abril de 1987, según consta en la causa 761 (ESMA) de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional.

La Corte Suprema Argentina dictaminó, a la luz de los hechos investigados en relación con la lucha antisubversiva , que en el accionar de las Fuerzas Militares no había existido genocidio ni terrorismo.

El nuevo fallo de la Cámara Federal de Buenos Aires, con fecha 8 de noviembre del año 2001, admitió que los hechos por los cuales se pretende juzgar en España, al ciudadano argentino RICARDO MIGUEL CAVALLO, ya fueron investigados en la causa 751 (ESMA), en la cual resultó desprocesado en 1987.

En ninguno de los fallos mencionados, el desprocesamiento fue producto de la aplicación de las llamadas leyes de "obediencia debida" o "punto final".

El Capitán de Corbeta (RE) Ricardo Miguel Cavallo ha expresado su voluntad de someterse nuevamente a la justicia argentina para ser juzgado por los delitos que se le imputan.

Al margen de las ideologías y responsabilidades individuales, ¿son conscientes nuestros dirigentes y medios de prensa cuando informan, sobre la gravedad de los hechos considerados y las posibles consecuencias futuras que ellos conllevan?

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www.respublica.org.ar

Soy periodista egresada de la Universidad Católica Argentina en el año 2000. Tengo 55 años. Esta primera presentación es para que los que lean el mensaje entiendan un poco más el tema, mi perfil, y los motivos que me llevan a opinar de ésta manera.

·Tener buena salud.

·Tener cultura y estar informado (Shakespeare y Crónica TV). ·Tener pasión por este oficio. Sin pasión mejor retirarse.

·Tener buena presencia. Se gana con el primer golpe. Estar bien trajeado es importante.

·Llegar temprano e irse tarde. Mala suerte.

·Cada nota es la mejor. Es la nota de su vida. Es el Pulitzer.

·La gente importante escapa de los periodistas. Hay que buscarla con tenacidad de policía y paciencia de santo. ·Nunca le haga caso a un entrevistado que le diga:"Yo lo llamo". Llámelo usted, de lo contrario sabrá que es un teléfono muerto. ·El señor y la señora siempre están en casa. Jamás le crea a la secretaria, cocinera, mucama o mayordomo. Si hicieran ese verso, vaya a la casa y monte guardia. No hay otra fórmula.

·Volver sin la nota no es un pecado capital, es los siete pecados capitales juntos.

·El fotógrafo es su compañero y puede ser su amigo, pero a la hora del trabajo el jefe es usted. Acepte sugerencias, pero sepa pedir y ordenar. La víctima será usted.

·No hay nota imposible. ·Borre las frases asesinas: "no puedo", "no se puede", "no quiere", " me dijo".

·Desgrabe usted su material. No deje que lo haga otro. No hay nada como la primera mano. Hay que oírlo.

·Crea la mitad de lo que le vea y casi nada de lo que le dicen. Compruebe la información en todos los casos.

·En el mundo periodístico tenga contactos, no amigos. Sea duro en la calle aunque lo enternezca la primavera, la lluvia y los gorriones.

·Nunca tenga miedo aunque se ca… de miedo. Pero sea prudente. De un periodista muerto no sale nota alguna, excepto la necrológica.

·Escriba su nota, crónica o reportaje ni bien regrese a la redacción. El tiempo enfría las emociones, los sentimientos, la pasión y las impresiones. Escriba en caliente y enfríe al corregir. Es mejor empezar con la sangre y terminar con el cerebro.

·No espere que le digan la medida de la nota para sentarse a escribir. ¡Escriba! La lapicera acortará o agregará el material. Además si se acostumbra a recortar será un buen corrector de estilo. (Una de las tareas más difíciles del periodismo.)

·No haga de la redacción un club. Antes, cuando las redacciones estaban llenas de poetas, sabihondos y suicidas, tal vez valía la pena. Hoy están pobladas de gente que no sabe nada y apenas escribe. Por lo tanto, tenga un buen libro a mano y léalo cuando no hay trabajo.

·Debe tener paciencia… paciencia… y paciencia.

·Acostúmbrese a vivir con modestia. Éste oficio no hace ricos.

·Si un día siente que ir a la redacción es peor que ahorcarse, renuncie. Ese día dejó de ser periodista. Recuerde que siempre hay trabajos mejores y sueldos mejores.

·Si su neurosis por el periodismo no es demasiado fuerte, abandone antes de que sea demasiado tarde.

Aristóteles: "Si todas las opiniones e impresiones son verdaderas, todas las cosas serán necesariamente verdaderas y falsas al mismo tiempo, y, si es así, necesariamente serán verdaderas todas las opiniones". Silogismo perfecto.

Todas las opiniones no pueden ser verdaderas. Sólo hay una opinión verdadera, las demás son falsas. Las opiniones no pueden ser verdaderas y falsas al mismo tiempo.

Ética del periodista.

 

Ética de la empresa periodística.

 

Ética del público: La ética del lector, televidente u oyente es el verdadero fin del comportamiento periodístico: no entrar en contradicción con la moral pública natural. Para ello hay que tener en cuenta: Que parte del público es adulto. Que parte del público son niños. Que parte del público es incapaz. (Lanata cree que le habla siempre al público adulto culto). Mensaje subliminal. Hay adultos incapaces (que no comprenden), o que entienden mal lo que se dice. Por eso hay que tener cuenta que tanto los niños como los incapaces no comprenden el mensaje subliminal.

 

Ética de la Empresa: esta esfera se da antes de que entre el mensaje en contacto con el público. Los Manuales de Estilo expresan la moral de la empresa y los fines por lo que se instala la empresa. Fin económico (ganancias) Fin ideológico (de la empresa). Las ideologías son las del empresario, dueño o accionista. Antes de contactarme con el público debo conocer la ideología de la empresa. Los contactos de la empresa con personas específicas. Cuando el empresario del medio es el estado, la cosa se agrava porque está obligado a buscar el bien común (ACT.) y no buscar sólo la renta.

Ética del periodista: no ética periodística. Dentro de esta deontología hay dos dimensiones:

Lo privado: que se pone en juego en un programa, en un diario. Hacer una nota a alguien que repudio.

 

Lo público: lo que hago públicamente.

 

En la ética del periodista aparecen los principios que son los encargados de regular los actos. Si en mi esfera privada "mentir, difamar" es algo que me permito. En la esfera pública también me permito mentir y difamar.

La censura: la censura no es ni buena ni mala. La censura es como las pasiones: es neutra. Hay que ver el objeto.

Impuesta de afuera. Se siente limitado en sus derechos.

 

Impuesta de adentro: autocensura. Es algo privado. Ejemplo: cuando quiero insultar a mi padre y me freno. El caso de la radiografía cerebral de Maradona (gravísimo).

 

El asunto es complejo. Un cable de TELAM no es neutro. ANSA tiene determinado satélite y determinado periodista. Responde a los intereses de un país.

Para el periodista ser libre es difícil pero hay que intentarlo. La capacidad de censurarme. Esto no lo hago por ésto, por ésto y por ésto. Fundamentar mi postura.

Ética Pública: un periodista tiene el problema de que está expuesto aunque no firma. Se expone a través de lo que piensa, de lo que dice, de lo que escribe. El periodista tiene que pensar que la finalidad del reportaje no es él. Sino llevarle la verdad al destinatario, al público. No confundirlo.

Darle: Verdad objetiva en mi ética pública. No mi opinión. Colaborar al bien común. Respetar los derechos humanos. El derecho a la intimidad.

Los periodistas no tenemos Códigos de Ética. (Sí, lo tienen los escribanos, los médicos, los abogados) Esto se debe ordenar. Muchas veces se atenta contra la dignidad de la persona. Defender los intereses de la Nación Argentina. ¿Cuántas veces subió o bajó la Bolsa por las opiniones de un periodista? ¿Qué pasó en la guerra de Malvinas?

No develar en las notas: Aquello que es inmoral, lo que va contra la moral. Por ejemplo las vejaciones, narrarlas con respeto. Tener claro cuándo se invade la intimidad.

Si me regalan la intimidad ¿Igual lo publico? No, aunque me la regalen. Mantener el secreto profesional (como el sacerdote, el médico, o el abogado).

Manipulación de la nota: cambiar el contenido.

Atención con la protección al menor: siempre se cuela gente. Niños e incapaces. (Los asaltantes copian los croquis).

Derechos del periodista:

Libertad de Informar. Derecho básico. Derecho a buscar la verdad. Derecho a explicar. Derecho a trasmitir. Encontré la verdad. La explico. Me la explico a mí misma, aclaro, analizo. Luego transmito la información porque es la verdad.

Códigos deontológicos:

Conocer el código de las cosas. Así como conozco el código de los aparatos domésticos. En la mayoría de los programas el código es difamar: desacreditar por medio de mentiras el buen nombre y honor de las personas y publicarlo. Respeto por el dolor ajeno: juicios, muertes, cadáveres, entierros, accidentes.

Opinión: el periodista puede opinar pero no juzgar. Esta tarea le pertenece a los jueces.

Derecho a réplica: de las personas enjuiciadas por la opinión periodística.

Generalizaciones: un policía, un general. No es la policía ni es el ejército. Un sacerdote no es la Iglesia.

Respeto a la familia de los funcionarios públicos o personas públicas.

El lenguaje accesible pero no chabacano.

Fotomontaje: fotos de una persona que lo ridiculizan ante la opinión pública: ejemplo Ruckauf vestido de monja por el debate con Meijide sobre el aborto. O al revés.

Fotografías pornográficas o impresionantes.

Apología del delito o las malas costumbres.

¿Quo vadis Hermann Schiller, tan propenso a perorar sobre DDHH de terroristas argentinos y a echar hipócritamente las palestinas culpas de las voladuras de la AMIA y la Embajada a las policías y autoridades argentinas, a presuntas conexiones locales?

Parece que allí en Palestina hoy ocurre todos los días lo que acusa aquí este hoy mudo activista: policía israelí ineficiente, ¨sin juicios y condenas¨ que ¨eviten nuevos atentados al haber justicia¨, peor aun que reprime poblaciones civiles aplastadas a cañonazo limpio como jamás hizo el ejercito argentino para derrotar a nuestros terroristas, policías israelíes torturando militantes palestinos y asesinando selectivamente a sus dirigentes sin juicio legal alguno.

No pretendemos ni remotamente defender a los terroristas palestinos, solo marcar los dobles lenguajes de la izquierda argentina, judía y no judía.

Solo la acción de los moderados de ambos bandos, palestinos e israelíes, podría traer la paz.

Mientras tanto, llamen a reflexión por mínimo pudor a los activistas de ´Memoria Activa´, manipuladores políticos de todos los lunes porteños, que flaco favor le hacen a la pujante y digna comunidad judía de nacionalidad argentina.

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No es casual que cada vez que un delincuente es acorralado por la policía, por ejemplo, en una situación de rehenes, pida la presencia de un juez antes de entregarse. Sabe de memoria que la ley vigente, junto con la interpretación irresponsablemente garantista que suelen hacer de ésta gran parte de los magistrados argentinos para lavarse las manos, son un escudo inexpugnable contra el castigo que se merecen.

Esta y no otra es la razón formal de que las calles se hayan convertido en un campo de guerra donde la delincuencia gana todas las batallas. La justicia, que debería acobardar a los asesinos, violadores y ladrones, parece que no pudiera hacer otra cosa más que envalentonarlos, dándoles seguridades de que si son atrapados les espera un daño infinitamente menor al beneficio que obtendrían si tienen éxito. Esta terrible ecuación vale tanto para el que hurta en un supermercado como para el que viola menores o ejecuta policías a sangre fría.

La pregunta es cómo llegó el país a tener un sistema penal orquestado para proteger delincuentes. La respuesta es la misma que para todos los otros males argentinos: lo logró la gigantesca ceguera ideológica y la inoperancia de la partidocracia política de los últimos veinte años.

Ellos modificaron los códigos, ellos nombraron a los jueces, ellos vapulearon y humillaron a las fuerzas de seguridad, ellos demonizaron conceptos habituales en democracias sólidas del mundo como represión o pena de muerte, ellos aseguraron que los impiadosos delincuentes jóvenes que hoy matan por matar eran adolescentes con problemas; en definitiva, ellos encerraron a la gente honesta tras las rejas a cambio de la libertad de las bandas.

El resultado está a la vista: sólo en lo que va de 2002 ya hubo 36 policías y centenares de civiles asesinados y no debe existir un solo buen ciudadano argentino que no padezca el temor de ser el próximo. Y la verdad es que el pronóstico es desalentador. Simplemente, porque quienes nos gobiernan siguen siendo los mismos y, además, porque los delincuentes lo saben y, por supuesto, lo agradecen.

Señor Director:

"La agresión callejera de que fue objeto días atrás el doctor Roberto Alemann ha recibido el condigno repudio de la población en general.

"Bueno es señalar que al ya cuestionable procedimiento del «escrache», que en todos los casos cuenta con un camarógrafo de turno, se ha sumado últimamente la agresión física y verbal, lo que compone un cuadro delictivo y despreciable que remite a los albores del nazismo.

"Preocupa que cierto periodismo ideologizado se sintiera gratificado ante la agresión al doctor Alemann, que en opinión de este singular periodismo resulta merecedor del agravio, entre otras imputaciones, por ser «representante de los intereses suizos». El reproche podría formar parte sin mayor esfuerzo del catálogo incriminatorio de algún Estado fascista, o tal vez stalinista.

"Pero más preocupante aún es la pasividad de las fuerzas de seguridad ante estos hechos, en abierto incumplimiento de su obligación de garantizar la integridad física de los ciudadanos.

"Ante la inminencia de un crescendo en este tipo de delitos, viene a cuento recordar la experiencia española. Luego de asumir el gobierno el Frente Popular, en febrero de 1936, durante cuatro meses, entre otras atrocidades, se quemaron 160 iglesias, se cometieron 269 asesinatos políticos y se saquearon las redacciones de diez periódicos, todo ello ante el descontrol oficial.

"Frente a semejante cuadro, Gil Robles–-dirigente conservador– pronunció el 16 de junio de 1936 un encendido discurso en las Cortes, que concluía así: «Desengañaos. Un país puede vivir en monarquía o en república; en sistema parlamentario o presidencialista; en sovietismo o en fascismo; como únicamente no vive es en anarquía, y España hoy, por desgracia, vive en anarquía. (...) Tenemos que decir hoy que estamos presenciando los funerales de la democracia».

"Días después se iniciaba una de las guerras más cruentas del siglo XX, con su secuela de un millón de muertos y casi cuarenta años de autocracia.

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