Indice de la fecha

1 - Presidente Batlle - Opiniones variadas I - La Nación: En el Congreso acusan a Batlle de "agraviar al país".
2 - Presidente Batlle - Opiniones variadas II - Encuesta telefónica.
3 - Presidente Batlle - Opiniones variadas III - Fundación Atlas: La única verdad es la realidad.
4 - Presidente Batlle - Opiniones variadas IV - La Nueva Provincia: ¿Se zafó o qué?.
5 - Presidente Batlle - Opiniones variadas V - La opinión del Presidente Uruguayo: Trágicamente cierta.
6 - Infobae: Más advertencias sobre la posibilidad de hiperinflación.
7 - ¿Antisemitas? - Mala Memoria.
8 - Diario ´Rio Negro´ - Editorial: "Maniobras infantiles".
9 - La Prensa - Después del gran desorden.
10 - ¿Montoneros con Lilita Carrió?.
11 - La Nación - Editorial II: Fin de una ley que cercenaba libertades.

Las declaraciones del presidente uruguayo causaron indignación. Desde la UCR piden que dé explicaciones formales . Coinciden en que es "un hecho grave"

La resistencia del Gobierno por responder a las palabras del presidente uruguayo, Jorge Batlle, contrastaron con las duras críticas que brotaron desde el Congreso apenas se difundieron las imágenes en las que el mandatario acusa a los argentinos de "ladrones".

Desde todo el arco político e ideológico hubo condenas a esos dichos, más allá del intento de desmentida posterior que, durante una conferencia de prensa en Montevideo, pretendió atemperar los ánimos. La mayoría de los legisladores que ayer estaban en el Parlamento consideró "agraviante" e "injustificable" lo que dijo el presidente Batlle.

Más del 55% de los ciudadanos argentinos de una muestra representativa, varios miles, coincidió con las palabras del Presidente Uruguayo emitidas por Bloomberg

Fundación Atlas para una Sociedad Libre www.atlas.org.ar

Insólita conmoción causaron las declaraciones del Presidente de Uruguay Jorge Battle referentes a la Argentina. En un reportaje a la agencia Bloomberg, el Presidente Battle manifestó, al referirse a la política argentina, que son "una banda de ladrones del primero al último", que "Duhalde no tiene apoyo político y no sabe adonde va" y que "el idioma que hablan no se escucha en ningún lado del mundo", entre las declaraciones mas salientes.

Como sucede cada vez mas a menudo, los argentinos aprovechamos cualquier viento foráneo para asignar culpas, olvidar penas y desviar la búsqueda de soluciones. El resentimiento que brotó en muchos argentinos, en medios de comunicación y en algunos dirigentes políticos, es una clara demostración de la mas profunda aversión a lo extranjero. Esta insólita reacción tribal está perturbando la visión de la Argentina, pues solo las sociedades tribales culpan a la lluvia, al viento y a los temibles dioses por todas las penurias que la improductividad provoca.

En la Argentina, desde las autoridades hasta los políticos y muchos analistas profesionales suelen alternar en el destino de nuestras acusaciones. Quizás el favorito sea el Fondo Monetario Internacional, pero también, durante muchos años, fueron la sinarquía, el sionismo, los masones, los Estados Unidos, los soviéticos, los banqueros internacionales, los "mercados", y ahora... el presidente uruguayo!

Es mas fácil cuestionar desde la soberbia las palabras del Presidente Jorge Battle sin mediar en su contenido. De pronto, las radios y los programas de TV se vieron invadidos de expertos en protocolo, relaciones internacionales y geoestrategia. Nuevamente "pateamos la pelota bien lejos" para evitar la discusión y solución de nuestros males entre los cuales se encuentra casi en primer lugar la corrupción y la falta de rumbo, males a los que se refirió el presidente uruguayo Jorge Battle.

Poco importa si las declaraciones responden a la mas estricta y afrancesada diplomacia y sólo debemos preocuparnos por su estricta veracidad. Y lo cierto es que la Argentina figura en los puestos mas bajos en los índices de transparencia, cada vez mas lejos en los índices de libertad económica y desde hace 57 años todos los gobiernos remueven y/o acusan a los miembros de la Corte Suprema a efectos de manipular el poder judicial desde el Poder Ejecutivo, sin duda el mas terrible de los atropellos y el colmo de la corrupción.

Lo dicho por el presidente del Uruguay, en un estilo coloquial, según se escucha en la grabación magnetofónica, es algo que podríamos haber oído en cualquier café de la Argentina.

Con todo, dicho por el mandatario de una nación vecina adquiere una gravedad suprema, donde no cabe excluir, en manera alguna, que exista el propósito de armarnos una provocación, motivo por el cual se precisa calcular al máximo la reacción de nuestra Cancillería.

Según las primeras interpretaciones, Batlle dijo lo que dijo en "off the record" , al terminar un reportaje que le hacía la cadena financiera Bloomberg.

Simplemente, el presidente vecino creyó cerrados ya los micrófonos y entonces le manifestó a un periodista interlocutor que "todos los argentinos son una manga de ladrones, del primero hasta el último".

Sr. Director

De mi mayor consideración

La declaraciones de Batlle, que reflejan su opinión personal sobre los argentinos, no son las que

corresponden a un Jefe de Estado bajo ningún punto de vista. Ni aún en una mesa de amigos o en charla con periodistas fuera de micrófono. Su investidura se lo impide. Lamentable error.

Pero no podemos dejar pasar la posibilidad de profundizar la reflexión sobre este tema, que nos involucra a todos por igual y aprender la dura lección.

Sería también un lamentable error de nosotros - los destinatarios - no acusar recibo de tan excepcional oportunidad.

1. Lo que se debe tener en cuenta es que cuando se hace referencia a los términos: Argentino, el pueblo argentino, Argentina, se está refiriendo a "un sujeto" a "un individuo" que tiene personalidad propia, que no es la suya ni la mía, sino la de él, producto de múltiples y complejos factores que dan ese resultado. Tiene perfil propio, por lo tanto personalizarla es un disparate.

 

2. La inmensa mayoría no somos concientes que ese concepto lo hemos construido entre todos, por acción o por omisión y que somos responsables del resultado final.

 

3. De la misma manera llegaremos a comprender porqué, para nuestros acreedores los responsables de la deuda son todos los argentinos y no solamente sus gobiernos. El pueblo los elige y los elige aún sabiendo que no tiene la estatura moral y la capacidad necesaria para desempeñar las funciones para las que son elegidos. ¿Porqué lo hacemos?.

 

4. Y los seguiremos haciendo si no tomamos conciencia de que somos unos "chantas"

 

Con un territorio inmenso, lleno de posibilidades y potencialidad para sostener a 10 veces más habitantes que los actuales, tenemos que ver el hambre, la marginalidad, la promiscuidad, el desempleo, la pobreza, la falta de seguridad, la falta de dignidad.

Lo tenemos todo y tenemos 4 millones de desocupados y muchos más subocupados. Pero aquí estamos cruzados de brazos esperando que "alguien" nos saque del problema. Ese es el idioma que según el Presidente Uruguayo "no existe mas en el mundo".

Lo que el mundo espera es que nos pongamos a trabajar, que asumamos nuestras responsabilidades de adultos, que...... "Nos dejemos de joder"

Batlle no nos dijo nada nuevo, todos lo sabemos y la mayoría pensamos lo mismo, debemos dar gracias a Dios por este error, que si sabemos reconocer e internalizarlo en nuestras conciencias, será una base importante para fundar una nueva REPUBLICA ARGENTINA. La otra ya fue.

Si no hacemos la autocrítica, si seguimos cruzados de brazos, seguiremos sumergidos en la indignidad con que ahora nos conceptúan. Por una PATRIA SANMARTINIANA.

Los analistas dirigidos por Martín Redrado pronostican que la falta de acierto en la política cambiaria por parte del Gobierno generará "un cuadro social insostenible" .

"El ritmo actual de deslizamiento en el tipo de cambio con pérdida continua de reservas no resulta sustentable, ya que de esta forma se acerca cada vez más el riesgo de espiralización del proceso inflacionario", afirman los economistas.

Frente al problema actual, sostiene la Fundación Capital que "sin duda que el objetivo de máxima a perseguir resulta en lograr retornar hacia una dinámica cambiaria donde el valor de dólar tienda a alinearse con su paridad técnica de seudo-convertibilidad", recomiendan los economistas, pero advierten que "actualmente esta relación entre los pasivos monetarios (circulante en poder del público y encajes) y las divisas disponibles arroja una paridad de 2,5 pesos por dólar. Sin embargo, la realidad muestra un comportamiento que nos distancia cada vez más de esta posibilidad.

Emisión y dólar

 

Dice también el informe que "con un sistema financiero sin liquidez y un Estado quebrado, el único medio para financiar los desequilibrios monetarios y fiscales es la emisión de dinero, por cierto un mecanismo que alienta el crecimiento exponencial de la inflación".

Afirma luego que la situación del sistema financiero, con los flujos de corralito y corralón que resultan inmanejables, ahonda el desequilibrio monetario y cambiario. "La cantidad de pesos que representa la demanda potencial de dólares es una magnitud mucho mayor que la noción de base monetaria convencional considerada en el tipo de cambio convertible". En este punto, estima la Fundación capital que actualmente el circulante en poder del público está sobre expandido y supera los 18.000 millones (incluyendo los bonos-moneda) y que además, los saldos transaccionales (cuentas corrientes y cajas de ahorro) también están excedidos por sobre su nivel normal, superando en la actualidad los 27.000 millones de pesos.

"Como los bancos no tienen liquidez, todo el drenaje del corralito juega contra la expansión del crédito interno a través de mayores redescuentos. Bajo una consideración estática, está claro que el ajuste entre este exceso de dinero en pesos y la actual posición de reservas líquidas opera con un dólar en alza.

Shock de confianza

 

"El gran desafío es lograr un audaz shock de confianza que comience a revertir las expectativas tan negativas", afirma el informe. "En lo inmediato, recomienda, se debe minimizar la pérdida de liquidez, tanto del corralito como del corralón. Posteriormente, luego de alcanzado un acuerdo con el FMI, la tarea prioritaria es trabajar en devolverle liquidez al sistema (por parte del BCRA y los bancos) y reestructurar completamente el sistema bancario".

A los ex Montoneros de Pagina 12´ – ¿hoy al servicio de alguna social democracia made in USA? - ¨solo les falta el acusar al Gral. Brinzoni de antisemita por no ir a rezar a una sinagoga diariamente¨, se decía con sorna en círculos de las FFAA. Aparte de comentar que los árabes también son tan semitas como los judíos, obviedad que se prefiere ignorar ante el magnetismo mediático instalado de la palabra ¨antisemita¨.

Lejanos tiempos aquellos de 1978 cuando la cúpula Montonera de los jefes de Verbitsky - Firmenich, Gelman, Perdias, Vaca Narvajas y cia. - se abrazaban, firmaban alianzas y fotografiaba en pleno París con el líder de la OLP Yaser Arafat, también entonces en plena campaña de asesinatos y demás atentados contra el pueblo de Israel o cualquier judío en el mundo, aparte de intercambiar cursos de terrorismo árabe por la tecnología en explosivos de los universitarios Montoneros.

Si los radicales coinciden en algo, esto es que no les convendría verse obligados a rendir cuentas ante el electorado.

Para aquellos historiadores del futuro que se interesen en el ascenso, estancamiento y disgregación del movimiento radical, la conducta de los integrantes de la UCR a partir del triunfo electoral de Fernando de la Rúa siempre constituirá un enigma inexplicable.

Por motivos vinculados con el temperamento peculiar de su caudillo vitalicio, Raúl Alfonsín, los dirigentes radicales se resistirían a intentar gobernar con eficacia, tomando en cuenta tanto la realidad económica como la necesidad patente de atenuar los gravísimos problemas sociales.

Por carecer de vocación administrativa, optarían por cumplir un papel opositor mitigado únicamente por la voluntad indisimulada de los operadores partidarios de aprovechar al máximo el botín político conquistado.

Además de inutilizar a lo que conforme a todas las pautas conocidas había sido su propio gobierno, para después hacer un aporte decisivo a su caída ignominiosa, los radicales tratarían de desempeñar el mismo rol en su sucesor, el del peronista Eduardo Duhalde, apoyándolo formalmente mientras harían lo posible por frustrar todas sus iniciativas concretas, "diferenciándose" de este modo del Poder Ejecutivo con la esperanza absurda de que el electorado los premiara por su "principismo".

A juzgar por las encuestas de opinión, el electorado no tiene ninguna intención de complacerlos. Lejos de sentir gratitud por el presunto apego de los caciques radicales a principios irrenunciables o por sus hipotéticos aportes a la estabilidad institucional, la ciudadanía ya no puede ocultar el fastidio que le están produciendo las sinuosas maniobras parlamentarias de legisladores radicales cuyos esfuerzos por ser a un tiempo oficialistas y opositores sólo han servido para agravar la crisis al reeditar la misma situación que imperaba durante los meses finales de la gestión de De la Rúa.

Para colmo, el comportamiento de los líderes radicales ha estado en la raíz del desprestigio de "los políticos" en su conjunto porque, con justicia o sin ella, en nuestro país la UCR simboliza "la vieja política".

Claro, alfonsinistas aparte, son muchos los radicales que también preferirían liquidar la alianza para poder asumir con plenitud el papel del principal partido de la oposición, neutralizando de esta forma el avance del ARI de la ex radical Elisa Carrió.

Tal aspiración tendría algún sentido si los "disidentes" radicales y los aristas tuvieran en mente un programa de gobierno coherente pero, es innecesario decirlo, no tienen la menor idea de lo que harían en el caso de que el electorado les pidiera formar una administración. Todos afirman saber lo que no les gusta: el FMI, los ajustes, el corralito, el "modelo", la "globalización, etc. Pero cuando es cuestión de formular propuestas concretas, sólo atinan a balbucear generalidades.

A juicio de buena parte de la población del país la UCR se asemeja a un animal moribundo cuyos retorcimientos agónicos ya han ocasionado demasiados destrozos, de suerte que a la primera oportunidad optará por asestarle el golpe de gracia. Si esto sucede, los culpables de la muerte de un partido que encarnaba la moderación democrática, habrán sido todos aquellos radicales, y son muchos, que por arrogancia, debilidad, fatuidad o miopía se han negado sistemáticamente a afrontar el desafío colosal planteado por el penoso atraso del país en un mundo que está cambiando a una velocidad vertiginosa, eligiendo el camino facilista que creían ver en la protesta "ética" combinada con el clientelismo más impúdico.

Al superarse el corralito, que es sólo una decisión política y administrativa, queda por restablecer algo muy caro que se perdió: la credibilidad pública.

Luego del corralito financiero, el ánimo público tan golpeado no podrá superar con facilidad los efectos de medidas extremas que sacó la gente a las calles y en pie de guerra.

El corralito no sólo afectó a quienes quedaron atrapados en los bancos con sus ahorros o depósitos a plazo fijo, y aun con los haberes laborales, sino que los efectos de la iliquidez perjudicaron a toda la sociedad.

La medida se impuso por compulsión, y otra similar la anula o la modifica o flexibiliza, pero hay algo que no se podrá restituir por decreto, y es la credibilidad pública tanto en las autoridades nacionales como con las instituciones bancarias. Vendrán tiempos en que cada banco se esmerará en ofrecer los servicios supuestamente más convenientes, con paquetes de posibilidades para las más diversas operaciones, pero la gente verá ello con mucha desconfianza, aun cuando se vuelva al crédito, cualquiera sea la tasa de interés.

Se ha perdido aquel concepto popular de estimar que el lugar más seguro para amparar trabajosos ahorros de toda una vida era el banco del barrio, o del centro de las ciudades, ya sean nacionales, extranjeros reales o con nombres de entidades fuertes de otras naciones pero que aquí funcionan sin cordón umbilical con ellas y bajo la figura de sociedades anónimas. El grueso de la gente no está al tanto de quién es este o aquel otro banco, porque cree que el Estado responde por ellos. Y no es así. Por esa razón es que esta experiencia que tanto dolor dejará en la sociedad es un signo de alerta que perdurará en el tiempo.

Tan sólo cuando el país encuentre el rumbo cierto para su economía y el concreto y definido respaldo internacional, y también se haya efectuado un esclarecimiento del sistema bancario local, se volverán a confiar a terceros los dineros hoy celosamente guardados en las casas o sacados del país. Si la ciudadanía queda lastimada en su espíritu por haberse sentido traicionada, no menos delicada es la lesión que padecerán los gobiernos próximos y las entidades crediticias.

No es la crisis la responsable de ello, sino haber vulnerado los contratos, los derechos y la propia ley, bajo cuyo amparo el pueblo se sentía seguro. Las instituciones deben restablecerse mientras la gente esperará ver consistencia convincente en dicho restablecimiento.

El ex dirigente de la Agrupación terrorista Montoneros Juan Carlos Dante Gullo - preso desde 1975, en pleno gobierno constitucional peronista, hasta 1983 - convocó a que la militancia política desencantada con las formaciones tradicionales y sectores independientes se incorporen al ARI, de María Elisa Carrió.

La Carrió por su parte, encantada con los Montoneros y promete derogar las leyes de pacificación militar, en lo que compete a los militares solamente, faltaría más. Es que la ley de punto final cubre también a los ex terroristas, aunque mucha mala prensa lo oculte.

Más allá de estas cosas, sus eternas denuncias televisadas y jamás probadas, se le desconocen planes y equipos de gobierno a la locuaz mujer.

Toda ley penal es dictada cuando las circunstancias indican que hay bienes o valores jurídicos que necesitan ser protegidos mediante el sistema de imposición de una pena o castigo a todos aquellos que infrinjan la advertencia inserta en la norma.

La llamada ley de subversión económica fue dictada en 1974, cuando en la Argentina arreciaban los actos de terrorismo o de acción subversiva general. En 1984, cuando ya se había restablecido el orden constitucional, fue derogada parcialmente.

Las disposiciones de ese controvertido instrumento legal no podían subsistir en tiempos de paz, pues estaban destinadas a regir en aquellas circunstancias en las cuales se consideraba que el país sufría una verdadera guerra interna. La agresión de las organizaciones subversivas de los años 70 fue tan integral que se entendió que había que proteger la existencia de los establecimientos fabriles, financieros o de cualquier otro carácter, pues su destrucción podía alentar el caos social. Así lo entendió en 1974 el Congreso.

Se sancionó, en ese momento, una ley cuyos tipos penales no eran los más indicados, pues no tenían la claridad necesaria para describir con precisión las conductas que se deseaba reprimir. Quizás en tiempos que se juzgaban de guerra había razones para pensar que esa manera de legislar era necesaria. Pero una vez recuperado ese régimen legal no podía subsistir sin grave riesgo para la libertad de los ciudadanos.

Por tales razones, la definitiva derogación de la llamada ley de subversión económica debe ser recibida con beneplácito por todos aquellos que entienden el derecho penal como un sistema normativo destinado a proteger valores, pero no a crear instrumentos que cercenen las libertades garantizadas por la Constitución.

Ahora bien, con el objeto de asegurar la continuidad represiva de algunos hechos que ya están en conocimiento de la justicia –y que estaban siendo analizados a la luz de la ley ahora derogada–, el legislador ha incorporado al Código Penal algunas disposiciones cuya aplicación puede entrañar algunos riesgos.

Así, en las figuras agravadas de defraudación, se ha vuelto a establecer un tipo penal abierto, de difícil acotamiento, mediante el cual pueden dictarse condenas penales a quienes no son merecedores de castigo.

Pero más grave aún es haber establecido que deben ser penadas las conductas culposas que afectan, por ejemplo, el normal desenvolvimiento de un establecimiento de explotación comercial.

Sostener la posibilidad de una defraudación culposa constituye una contradicción en los propios términos. Los jueces deberán ser sumamente cuidadosos en la aplicación de esta disposición, que debe merecer un cuidadoso estudio para que no se pretenda con ella abarcar conductas que no deberían estar alcanzadas por el derecho penal, es decir, por esa última razón del Estado que consiste en penalizar determinadas conductas para defender el orden social, la convivencia u otro bien jurídico amenazado.